27 de septiembre, 2018
Estos son algunos pensamientos que escribí hace algunas semanas, pero solo hasta ahora me decidí a publicarlos:
Nunca imaginé que la vida pudiera llegar a ser tan compleja. No estaba preparada para nuestro primer viaje de vuelta a Estados Unidos, y todavía siento que estoy en un mundo muy extraño donde las cosas no tienen sentido. Para empezar, mi hijo está experimentando un choque cultural; él nos pide todavía que regresemos a nuestra casa. Payton y yo, por otro lado, estamos pasando por un choque cultural inverso. Finn por fin se está adaptando y dentro de poco tiempo tendremos que irnos a un nuevo lugar; esto constituye todo un coctel de emociones.
La novedad de cada circunstancia parece no tener fin. El tiempo cambia, las estaciones están cambiando, el clima está cambiando, igualmente la iglesia, la casa, la gente, los juguetes, y la mayoría de los puntos en común. Supongo que para Finn, mama y papá, su cama-tienda, y las tiendas de víveres en su mayoría se ven iguales, pero eso es todo. Como madre, realmente no sé cómo hacer para que cualquiera de estos cambios sea más fácil. Todavía estoy aprendiendo y recogiendo sabiduría de otros a lo largo del camino.
Al reflexionar sobre el mes pasado, alabo a Dios por la efusión de ánimo de la gente a lo largo del camino a través de la conversación, la oración y la hospitalidad. Por ejemplo, tengo que oír cosas de padres y madres de niños pequeños intensos para recordar que la lucha es real, pero en su mayor parte, todo el mundo sobrevive y la disciplina constante dará fruto. ¡Muchas personas están dispuestas a amarnos en todo nuestro quebrantamiento y confusión!
Para Payton y para mí, solo éramos nosotros antes, y ahora hemos vuelto a entrar en un mundo que ya conocíamos, solo que ahora somos personas totalmente diferentes, sobre todo ahora que somos padres. Realmente no podemos hacer viajes de doce horas por carretera; reunirnos con personas no es sencillo; incluso poder tener una conversación significativa es difícil con un niño de tres años al lado. Parece como que empezamos la vida otra vez y tenemos que volver a aprender todo tipo de cosas.
Una buena amiga me dijo que, de alguna manera, volver a nuestra antigua ciudad de ministerio, Sulawesi (Indonesia) era un poco fácil porque en realidad solo había dos tipos de queso, no cientos como hay aquí; había menos opciones, lo que limita a veces, pero también es más fácil en cierto modo; eso es muy cierto. Veo que recurro al arroz, a las batatas y al curry porque funciona y parece fácil.
Payton también me recordó que a esto es a lo que nos apuntamos, aunque no lo supiéramos en ese momento. Pensé que me había apuntado a vivir de puertas adentro y a aprender algunos idiomas mientras me defendía de los zancudos, pero esas iban a ser las cosas más sencillas. Estoy segura de que alguien nos lo dijo a lo largo del camino, pero es difícil interiorizar algunos tipos de consejos sin que hayas vivido esas situaciones por ti mismo.
En cuanto a la asignación al hogar en particular, no sabíamos la cantidad de citas que tendríamos que organizar: Citas con el odontólogo; citas de control con el odontólogo; vacunación para adultos; vacunación para el pequeño; citas con médicos generales; citas con médicos especialistas; y tratar de solucionar todos los problemas de salud mientras la medicina está al alcance. En el extranjero uno paga de su bolsillo; aquí, ¡está todo ese asunto del seguro que tenemos que averiguar! Payton ha estado ajetreando con seguros, jubilación, impuestos, inversiones, y la lista continúa.
También estamos comprando ropa a partir de cero; ninguno de nosotros recuerda en qué consiste un armario de cuatro estaciones. Por ejemplo, me he olvidado de los calcetines y de la ropa que realmente se necesita para el invierno; he vivido en chanclas durante casi tres años. Ahora llevo una chaqueta a todas partes porque siento frío si hay un aire acondicionado encendido —lo mismo le sucede a Finn; también tengo el profundo temor de que si logro adaptarme a las temperaturas de invierno, ¡nunca seremos capaces de volver al calor sofocante que recuerdo en Taliabo!
Me alegro de que haya personas orando por nosotros; he visto la diferencia en Finn, especialmente cuando la gente ha estado orando. ¡Sigan orando! Satanás nos habría desanimado, distraido y llenado de insatisfacción. Sabemos que hay más que suficiente gracia del trono de Dios para todas y cada una de estas circunstancias. Y si todos estos cambios nos llevan a entender que en realidad solo somos residentes temporales en el planeta, entonces vale la pena —incluso si mi deseo de echar raíces grita que no vale la pena.
Por lo tanto, son capas y capas de emociones, detalles, expectativas y preparación; y para añadir una capa más, una parte de nosotros mismos está de vuelta en el extranjero. Mentalmente estamos envolviendo nuestros pensamientos en los cambios que hay por delante. Payton está en constante comunicación con la gente para tratar de que las cosas avancen en nuestro proyecto de construcción de vivienda en el interior. Yo tengo muchos temores de regresar; puedo sentir que estoy perdiendo una parte del idioma que aprendí. Es probable que Finn pierda todo el idioma que aprendió —y además se niega a hablarlo aquí. Cuando regresemos al Pacífico Asiático, viviremos en transición sin un hogar en particular o incluso una ciudad de residencia hasta que nuestras visas sean procesadas y nuestra casa del interior esté más menos habitable. Parece como una situación muy inestable para meterse, después de un período muy intenso de cambios constantes en Estados Unidos.
Un pensamiento que he estado tratando de implementar es realmente estar donde estoy. He eliminado mis aplicaciones de noticias; estoy tratando de reducir mi tiempo en Facebook. Realmente no es útil intentar estar en cuatro o más lugares a la vez; no puedo estar “en mis cabales” en Michigan, Colorado, California y el Pacífico Asiático; no es saludable.
Otra dimensión de esto es que gran parte de lo que estamos haciendo es planificar. En cuanto a la construcción de la casa, en su mayor parte, estamos haciendo planes para una situación hipotética en el futuro (muchas variables) y estamos haciendo planes aunque realmente no estamos en el país. Con seguridad, esta es una manera menos que ideal de hacer las cosas. Además, ¡añade estrés porque ninguno de nosotros puede predecir todas las posibilidades! Pero sabemos que este es el camino que fue trazado para nosotros. Realmente no había otra forma de hacer esto debido a la necesidad de hacer las cosas durante la estación seca. Así que vamos a tener que hallar maneras de abordar la planificación dependiendo únicamente del marco vago de una línea de tiempo y no dejar que eso sobrecargue nuestras mentes. Nos gusta tener al menos una apariencia de control, pero esto escasamente lo permite; es todo un combate de lucha libre.
Sabemos con certeza que Dios es bueno y que esto es lo que él ha planeado para nosotros; oren para que recordemos cómo encajamos en su Narrativa a medida que pasamos por todas estas nuevas experiencias.
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