30 de julio, 2018
Los lectores de este artículo recordarán que durante el último año o algo así estuvimos haciendo planes para unirnos a nuestro equipo de ministerio que trabaja en Ciudad de México, en el instituto bíblico de nuestra misión. Teníamos puesta la mira en unirnos a otras dos familias que sirven en el instituto, y aguardábamos con ansias nuestra futura función de enseñar la Palabra e impartir el discipulado a los estudiantes.
Sin embargo, debido a la pérdida de personal clave en el campo hace algunos meses, nos preguntaron si estaríamos dispuestos a permanecer en Chihuahua para cubrir algunas necesidades administrativas. Sentimos que el Señor había abierto esta puerta, y aceptamos quedarnos en Chihuahua para llenar estos oficios vacantes.
Hacia dónde nos dirigimos
Estamos muy entusiasmados de poder servir al campo de México de esta manera. Aquí en Chihuahua, tendremos el privilegio de coordinar el comité de consultores de México. Este comité ayuda a que cada obra tribal reciba ayuda estratégica en las áreas de estudio del idioma, alfabetización, desarrollo de un currículo bíblico, plantación de iglesias, traducción de la Biblia y coordinación de los misioneros que educan a sus hijos en casa. También participaremos en la exploración de nuevas zonas de México para que nuestros próximos equipos trabajen allí, también participaremos en el equipo que guía el programa de estudios de la cultura mexicana y el idioma español.
Junto con esto, también participaremos en el programa de capacitación de nacionales, enseñando en el Instituto Misionero Transcultural (el Centro de Capacitación Misionera de México), llamado “El Rancho”. ¡Estamos emocionados de poder participar en la edificación de los misioneros mexicanos en formación!
Apenas estamos asumiendo estos nuevos roles y todavía estamos terminando nuestro tiempo de estudio formal del idioma español y la cultura mexicana. Estamos confiando en el Señor en medio de esta transición, y dándole gracias por la oportunidad de servir junto a los plantadores de iglesias, los consultores, los líderes del campo y muchas otras personas que están dedicadas al propósito de que el Evangelio salga.
Todo por la iglesia
¿Por qué servimos en México? Por amor a nuestro Salvador, Aquel que murió y resucitó por nosotros, y por su Iglesia, la cual él compró con su sangre. Esperamos poder servir a la Iglesia, ayudando a nuestros equipos de plantación de iglesias, trabajando en unidad con el fin de que las personas de los pueblos menos alcanzados de México lleguen a conocer a Cristo y sean edificadas en él. ¡Qué privilegio es conocer a Cristo y poder llevar a otros al conocimiento de Él!
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