21 de junio, 2018
La semana pasada, Edmund, uno de los líderes de la iglesia, falleció. La batalla física al final de su vida fue dura pues su cuerpo sucumbió ante el cáncer. Sin embargo, la batalla espiritual que siguió para su esposa Imelda y para su hija Estella, (las únicas creyentes en esta familia), ha sido feroz. Todos los demás miembros de la familia (incrédulos) insistieron en realizar un funeral tradicional para Edmund. Poco podía hacer Imelda pues era ampliamente superada en número.
Ayer, llegó el día del funeral de Edmund. Obviamente, Imelda, Estella y todos los demás creyentes estaban decepcionados por la manera en que se iba a realizar el funeral; la familia extendida hizo lo que quiso. Luego el cuerpo de Edmund fue llevado al cementerio, donde las cosas también se harían según la tradición.
La mayoría de los creyentes y yo observábamos desde lejos. Cuando el ataúd estaba siendo cerrado y estaba a punto de ser colocado en la tumba, vi que Imelda le dijo algo a Estella. Entonces Estella salió inmediatamente del cementerio y caminó hacia mí; me dijo que Imelda quería que yo entrara; lo cual hice, seguido por varios de los creyentes. En ese momento, Imelda hizo algo que nunca antes había visto en esta cultura: detuvo el entierro, y luego solamente me miró. Yo tomé solamente unos minutos para compartir la verdad de que el alma de Edmund ya estaba en el cielo por causa de su fe en Jesús. Después otro creyente leyó un pasaje de la Biblia y oró. Realmente no parece mucho mientras escribo estas palabras. Sin embargo, al final, gracias a sus acciones, Imelda no permitió que la tradición tuviera la última palabra. Ella honró la fe de su esposo y al Señor, y la Verdad tuvo la última palabra.
Con el entierro de Edmund, sería bueno poder decir que la batalla ha terminado para los creyentes de esta aldea, y especialmente para Imelda y Estella. Pero estamos seguros de que vendrán más aflicciones y ataques. Por favor, oren por nosotros, los creyentes, y especialmente por Imelda y Estella. Oren para que, por medio de su valiente posición y testimonio, otras personas lleguen a conocer a Jesús como su Salvador. Muchas gracias.
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