2 de mayo, 2017
Hablando en parejas y en grupos de tres, pasaban por la puerta.
Hombres, mujeres y niños de la etnia prai se sentaban en el piso, llenando las esteras y después cada pedacito de las baldosas. Finalmente incluso varios se pararon en el porche, mirando a través de las ventanas del frente.
La gente de la aldea de Sandy Creek venía a cantar, a charlar, a participar en una corta lección de alfabetización. Pero sobre todo, venían a escuchar enseñar a Dee, alguien de su propio pueblo. Él abrió la Palabra de Dios y les enseñó en su propio idioma.
La enseñanza bíblica nunca había sido tan concurrida
“Cuando planeamos este edificio”, dijo Dee, “pensamos: ‘Lo haremos extra-grande; probablemente nunca necesitemos todo el espacio’. Ahora estamos pensando: ‘Hmm, ¿cómo vamos a acomodar a todos?’”
Fue un problema que los esposos Dave y Fran Jordan tampoco habían previsto. Desde agosto de 1996 a febrero de 1997, esta pareja de Estados Unidos pasaba cuatro días de la semana en la aldea de Sandy Creek.
“Enseñábamos a los niños de la escuela en las tardes”, informó Dave, “enseñábamos inglés, alfabetización en idioma prai y la Biblia. Luego visitábamos la aldea durante el resto de la tarde y buscábamos oportunidades para entablar conversaciones sobre la Biblia, el Señor, la pre-evangelización, etc. Cenábamos temprano y alfabetizábamos a los adultos por la noche. Después de la clase de alfabetización tratábamos de visitar la aldea un poco más”.
Pero no veían fruto.
“Nunca podíamos reunir un grupo que realmente quisiera escuchar el Evangelio, y de hecho, no podíamos encontrar individuos que parecieran interesados en el Evangelio”, comentó Dave.
Trataron de llevar algunas personas de Sandy Creek a visitar una iglesia entre la gente de la etnia lawa de Tailandia, y los creyentes lawaenses hicieron un viaje para devolver la visita. “Los creyentes lawaenses causaron una impresión muy buena en ellos”, informó Dave. “Sin embargo, en ese momento nadie estaba listo para escuchar seriamente la enseñanza de la Palabra de Dios. Al final, el jefe [de la aldea] nos pidió que dejáramos de ir”.
Aproximadamente diez años después, otro grupo misionero llevó una clínica médica móvil a Sandy Creek. Además de tratar a varias personas por una variedad de enfermedades, ellos predicaban mensajes cortos y le pedían a la gente que llenara tarjetas si querían oír más. Quince personas llenaron tarjetas, las cuales el equipo médico se las entregó a los Jordan para su seguimiento.
“Fuera de ese grupo había una persona que estaba dispuesta a que enseñáramos en su casa”, dijo Dave. Pero eso tampoco salió bien; “su esposa no entró a la sala, no apagaron el TV para que enseñáramos, y él nunca recordaba nada de lo que acabábamos de enseñar”.
Debido a que era muy difícil llegar a Sandy Creek —aun ahora que la carretera ha sido mejorada y ampliada, es casi una hora de zigzagueos, y en su mayoría cuesta arriba—, y debido a que estaban viendo resultados en las aldeas de Knife Creek y Gem Forest, los Jordan se enfocaron en otros lugares.
No era el tipo de historia que inspira a la gente del país del misionero, pero eso no le preocupó a los hermanos de la iglesia Memorial Park Church de Allison Park, Pennsylvania, que han apoyado a los Jordan desde el comienzo.
“Recuerdo que Dave me dijo que era asombroso que hubiéramos seguido con él después de habernos dicho que habían pasado nueve años antes de que hubiera un convertido”, comentó Don Creasy, director de misiones y evangelización de Memorial Park. “En términos humanos eso se consideraría un fracaso. En nuestras mentes era un asunto del tiempo de Dios”.
Las primeras señales fueron sutiles
El primer logro en Sandy Creek se produjo alrededor del año 2009, aunque el equipo de plantación de iglesias no lo supo en el momento.
Toy, una residente de Sandy Creek, visitó a su tía de Gem Forest durante un par de días. Ver a los creyentes leyendo las Escrituras en idioma prai y viviendo de una manera diferente, causó una gran impresión en ella.
“Ella pensó: ‘Este Dios parece verdadero’”, informó Dee.
En ese entonces muchos prais tenían teléfonos celulares, y Toy empezó a llamar a su tía, y a Dee y a su esposa Shy; ella tenía curiosidad. Dee y Shy respondieron yendo a Sandy Creek a trabajar en los sembrados con Toy y su familia, compartiendo la Palabra de Dios y hablando de lo que Él estaba haciendo en sus vidas.
“A medida que se desarrollaba la relación, comenzamos a subir allí… y establecimos un horario de enseñanza con ellos, y esa familia se convirtió en la primera familia cristiana de allí”, informó Dee.
Pero las pruebas empezaron pronto.
Toy estaba embarazada, y su bebé nació con agua en el cerebro; tenía la cabeza inflamada.
“La gente dijo: ‘Ahí lo tienen. Crean en Dios y eso es lo que les pasará’”, informó Dee. “Pero ella fue firme desde el principio. Toy dijo: ‘Puede ser que muera, pero si así ocurre, irá a estar con el Señor, o si vive, estará con el Señor. Entonces no hay problema; voy a confiar en el Señor’”.
Incluso después de visitar a un médico y de que le dijeran que no había nada que hacer, Toy y su familia siguieron firmes y orando.
“Regresen dentro de un mes”, les dijo el médico, “y veremos cómo sigue”.
“Un mes después regresaron donde el médico”, comentó Dee. “Ya no había síntomas; y Toy comenzó a interesarse mucho en compartir del Señor con otros”.
El desánimo llegó rápidamente
El grupo al que Dee y Shy estaban enseñando “gradualmente creció hasta cinco, y luego llegó hasta diez, y realmente querían otro lugar para reunirse, además de la casa [de Toy]”. Dave explicó que por causa del terreno escarpado de esa zona, la mayoría de las casas de Sandy Creek eran pequeñas.
Pero al poco tiempo llegó otro grupo con su propia agenda de enseñanza bíblica. “En realidad se llevaron la gente y les prohibieron volver”, informó Dee. Una vez más parecía que el trabajo en Sandy Creek iba a quedar en nada.
“Llegamos a un punto en que estábamos listos a decir: ‘Olvidémonos de esto y no intentemos hacer nada más aquí; esto es muy difícil, no está funcionando’”, comentó Shy. “Pensábamos: ‘Hombre, venir aquí es un malgasto de tiempo y recursos’”.
Sin embargo, allí estaban, pasando la noche en la aldea, dijo Shy, “cuando pareció que el Espíritu Santo dijera: ‘Escuchen, tengo gente aquí. Solo sigan invirtiendo sus vidas en estas personas’”.
“Fue desalentador por un tiempo”, dijo Dee. Sin embargo, él y Shy siguieron la dirección de Dios, reconociendo que “Él tenía su propia manera de hacerlo”.
Dios siguió obrando
A medida que Dee y Shy perseveraban, la gente comenzó a volver a su enseñanza. “Preguntaban… ‘¿está bien si venimos y estudiamos de nuevo con ustedes?’” informó Dee. “¿La gente pidiendo enseñanza?”, era una experiencia novedosa.
Cuando la gente volvió a oír las lecciones bíblicas fundacionales, enseñadas en forma cronológica, empezó a depositar su fe en Cristo.
“Cuatro o cinco hechiceros se convirtieron al Señor, y uno era el hechicero principal de la aldea”, comentó Dee. “En la noche, los espíritus venían a él y trataban de convencerlo de que no creyera, y él les decía: ‘Ustedes ya no son mis dueños; el Señor es mi dueño; ¡váyanse!’”
Muchas personas de la aldea seguían a los hechiceros hasta donde se impartía la enseñanza. Dave advirtió que esto no necesariamente significaba que estuvieran interesados en Dios; muchos probablemente solo los estaban siguiendo a ellos como siempre lo habían hecho; “pero al menos estaban oyendo la Palabra”, agregó él.
Desde principios de 2016, la cantidad de asistentes a la enseñanza crecía y crecía.
“Nunca habíamos visto algo como esto, gente llegando en grandes cantidades”, informó Dee. “El crecimiento, hacia el final, en gran parte provenía de personas que veían el crecimiento de los creyentes. Empezaron a ver el amor de Dios en ellos y hacia los demás. También veían su falta de temor; iban a donde quiera que querían”.
Muchas personas que visité en el otoño de 2016 venían a escuchar las lecciones bíblicas, setenta y cinco personas se apiñaban en las reuniones. Consideré que el lugar estaba lleno, pero eso era menos lo que había estado recientemente.
Hay desafíos por delante
En vista de este aparente éxito, está surgiendo nuevamente la oposición.
“Los que adoran espíritus están reuniendo dinero para un santuario grande”, informó Dee, “y quieren presionar a los creyentes para que contribuyan; pero les dijimos que no íbamos a participar”. Sin embargo, la presión continuará durante años, añadió él.
Y luego está la cuestión de si los números realmente son un indicativo de éxito.
Saber quién ha depositado verdaderamente su fe en Cristo es el reto más grande que afronta el equipo de plantación de iglesias, comentó Dave.
“Muchos han decidido convertirse en cristianos, pero el equipo de plantación de iglesias no siempre sabe qué están pensando que eso significa. Hemos intentado enseñar claramente, pero nos falta la capacidad de pasar tiempo con muchas de las personas de allí para saber qué está pasando realmente en sus mentes y en sus corazones”.
Los Jordan están tratando de enfocarse en la traducción de la Biblia, y a los creyentes de otras aldeas les resulta difícil dejar sus casas, trabajos, huertos y familias durante el tiempo suficiente para desplazarse con el gran número de personas que ha estado viniendo a la enseñanza.
“Este es un asunto que está discutiendo el equipo de plantación de iglesias en este momento”, dijo Dave.
La perseverancia da fruto
“Siento que el pueblo prai representa en gran manera lo que es típico de los trabajos en el sudeste asiático”, informó Clark Aspinwall, quien ayuda a dirigir esfuerzos de evangelización en la región. “Se enfatiza la necesidad de que la gente permanezca fiel a la tarea durante mucho tiempo.
“Dave y Fran han estado en Prai alrededor de cuarenta años. Hubo muchos años en los que hubo poca o ninguna respuesta al Evangelio, pero Dios estaba obrando, y ahora, después de muchos años, estamos viendo el fruto”.
“Finalmente, después de todos esos años, se ha puesto una base importante”, comentó Larry Goring, quien junto con su esposa Jill ha ayudado a revisar la traducción de la Biblia al idioma prai. “Esto demuestra el hecho de que para poner estas bases se necesita de mucho tiempo; y demuestra que se puede hacer”.
“Algunos dicen que los Jordan deberían apresurarse”, dijo Don Creasy de Memorial Park. “Decimos que cuando los Jordan llegaron a trabajar con el pueblo prai, estos no tenían su idioma escrito, no habían sido expuestos al Evangelio, ni tenían nociones religiosas que datan de miles de años.
“Solo podemos imaginar la enormidad de la tarea que habían ante Dave y Fran. Después de más de 2.000 años, ahora hay iglesias con liderazgo autóctono”.
Cuando se le pidió que evaluara desde la distancia lo que está ocurriendo hoy en día entre el pueblo prai, Don dijo: “Los números que se escuchan son un reflejo del trabajo de Dave y de Fran en los últimos treinta y ocho años. Que Dee esté enseñando es una señal del futuro. …Yo diría que [Dave] ha preparado a los prais para el futuro. ¡Bien hecho!”
¿Perseverarás?
No han sido Dave y Fran los únicos que han perseverado. Han sido personas como tú y Don, e iglesias como la tuya y Memorial Park, los que han estado con ellos en todos estos años.
De hecho, si estás leyendo esto, probablemente eres parte del vasto equipo de personas que están orando, apoyando económicamente y alentando a misioneros como los Jordan en todo el mundo. Incluso pudiera ser que estés apoyando a alguien que sirve entre bambalinas, quizás tan lejos de ellos como en Estados Unidos, alguien cuyo trabajo hace que la historia de los prais sea posible, pero que, al parecer, nunca tendrá una historia tan grandiosa.
Pero la historia de Prai es su historia también; y es tu historia. Así que pon atención; persevera ante una cultura que quiere que todo sea instantáneo, desde la avena hasta las iglesias. Hacer discípulos y establecer iglesias saludables requiere de tiempo, especialmente entre los grupos étnicos no alcanzados. Y lo estás haciendo posible.
¡Bien hecho!
[…] He tomado fotos y grabado video sobre el trabajo de nuestra organización antes. Por ejemplo, reuní la historia y las fotos cuando fui a Tailandia hace un año y medio, lo que dio como resultado este artículo: https://espanol.ethnos360.org/2018/03/08/se-puede-hacer/ […]