10 de enero, 2018
Recientemente tuvimos el privilegio de visitar el océano Pacífico y ver las olas chocando contra la costa rocosa de Oregon –una parte de la magnífica creación de Dios. Las mareas cambian, y dejan al descubierto otras formaciones rocosas o playas arenosas, o el vapor del océano sube más alto que nunca. Cada ola que entraba era diferente en dirección, en fuerza, en su forma de romper, en su duración y en la cantidad de vapor o espuma que podía crear, sin mencionar el ruido que producía al estrellarse.
Pero algunas cosas no cambiaban…siempre había más agua de donde venían esas olas, seguían entrando aunque el viento o la marea cambiaran, y fue tan asombroso verlas cuando salimos como cuando llegamos.
En las misiones de hoy escuchamos sobre cambios… Misiones que cambian de nombre, como NTM lo ha hecho al cambiar a Ethnos360, o cambian las estrategias, la capacitación, o la forma en que los misioneros son apoyados y enviados y luego guiados a través del proceso de aprender cultura e idioma como preparación para enseñar y traducir la Palabra de Dios… hay cambios en el liderazgo, o en el estilo del liderazgo, cambios sobre la mejor manera de involucrar a otros en la tarea de alcanzar a los perdidos, abarcando a la generación más joven –la futura fuerza misionera…
Pero algunas cosas no cambian: Nuestro Dios sigue siendo el mismo, y ¡todavía está tan deseoso de que la gente perdida confíe en Cristo como su Salvador como siempre lo ha estado! Las necesidades en todo el mundo todavía están presentes, y lo estarán hasta que Él venga por nosotros –especialmente para que aquellos grupos étnicos no alcanzados tengan la oportunidad de escuchar y responder al Evangelio en su lengua materna. Y el hecho de que Dios todavía desea usarnos a nosotros, Su pueblo, ¡para alcanzar a los que no han oído! Y es igual de asombroso ver a Dios obrando hoy, en los corazones y las vidas de personas transformadas por el Evangelio.
Al igual que aquellas olas cambiantes del mar, los lugares a los que vamos como misioneros, y las personas que van a evangelizarles, pueden ser diferentes hoy día de como eran hace años, pero los misioneros todavía se necesitan hoy para que aquellos sean alcanzados con el Evangelio. ¡¿Quién irá?! Ese es el desafío que afrontamos nosotros, como representantes de la Misión aquí en el noroeste [de Estados Unidos], a medida que seguimos presentando la necesidad de misioneros en todo el mundo. ¿Seguirás orando con nosotros conforme a Mateo 9:37-38, para que Dios levante más obreros para la cosecha?
Deja un comentario