James retirando del techo de la sede central algunos equipos inalámbricos no utilizados.
13 de noviembre, 2017
Al llegar al campo contábamos con que íbamos a trabajar de manera transcultural; después de todo, íbamos a vivir en un país que no era el nuestro, con la gente de PNG que vive y piensa de manera diferente a la nuestra. Vivir entre ellos, aprender el idioma de PNG y descubrir diferencias culturales no ha sido una sorpresa para nosotros.
¡Lo que me ha tomado por sorpresa es trabajar con misioneros de diferentes culturas! Nos llevamos bien, pero el hecho de provenir de distintos orígenes da lugar a algunas —bueno, interesantes— discusiones.
Actualmente en nuestro departamento de Tecnologías de la Información soy el único estadounidense. Nuestro director australiano, que actualmente está tomando un año sabático, dos hombres de Alemania, y dos nacionales de PNG (uno de los cuales pasó gran parte de su infancia en Nueva Zelanda) componen el resto de nuestro equipo.
Es algo común que cualquiera de nosotros haga una declaración o una broma y sea recibida solamente con miradas de perplejidad por parte de los otros que no entendieron el modismo cultural o la manera particular de expresarse esa persona. Muy a menudo los compañeros alemanes inician una conversación en inglés, de alguna manera pasan al alemán y terminan en pidgin [la lengua nacional de PNG] en algún punto del camino. Como dijo Kevin: “¡Olvidamos qué idioma estábamos usando!”
Si bien las menciones del idioma y la cultura hacen que el trabajo en conjunto sea entretenido (y a veces frustrante), estamos unidos por nuestra hermandad en Cristo mientras contribuimos con nuestra parte a la meta de ver iglesias plantadas en todo Papúa Nueva Guinea. ¡No podríamos pedir un mejor equipo para ver Su reino extendido!
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