27 de octubre, 2017
Ha pasado mucho tiempo desde que publicamos nuestro último informe y hay mucho que contar. Para no hacer de esto algo exageradamente largo, vamos a dar noticias cortas y encantadoras sobre varios aspectos de la vida aquí en África. Noticias de tres palabras, para ser exactos… bueno, tres palabras y luego algunas más para una mejor explicación :).
Vida cotidiana: Seguir aprendiendo
Desde que nos trasladamos, nuestros horarios y nuestras vidas han cambiado bastante. John sale temprano para hacerle frente al atiborrado autobús que lo lleva a la oficina, donde continúa aprendiendo el idioma swahili cuatro o cinco días a la semana. Yo me quedo en casa con los niños, donde paso la mayoría de las mañanas educándolos. Tres tardes a la semana, mi maestra del idioma viene para tener una sesión conmigo mientras la “Dada”, una dulce adolescente que contratamos, cuida a los niños para que yo pueda seguir aprendiendo swahili y para que los niños también estén más expuestos al idioma. En otras tardes/fines de semana vamos a los mercados locales para hacer compras, vamos a visitar a la familia que nos ha acogido o a nuestros vecinos, asistimos a la iglesia y sacamos tiempo simplemente para vivir la vida. Cada día presenta nuevas oportunidades para APRENDER sobre nosotros mismos, sobre el idioma y sobre la cultura.
A continuación mostramos unas imágenes de la reciente fiesta de cumpleaños de Elias, ¡la cual fue definitivamente una experiencia de aprendizaje cultural!
Bebé: ¡¿veinticinco semanas ya?!
Estoy a la mitad del embarazo y ¡el tiempo parece volar tan rápido como el crecimiento de mi vientre! Siempre me da alegría sentir el movimiento del bebé, y ahora comparto esa alegría con sus dos hermanos mayores que están fascinados con esta vida que ya es parte de nuestra familia. El bebé (y realmente no sabemos si es niño o niña) tiene buena salud y está creciendo de manera normal. Estoy recibiendo cuidado prenatal de una partera alemana que trabaja en la ciudad y el plan es dar a luz aquí en un hospital de Dar Es Salaam. Judah aún quiere que sean dos gemelas para conservar la simetría de nuestra familia; Elias está convencido de que es un hermanito (porque en la ecografía el bebé no tiene pelo largo. ¡Claaaro!) a quien quiere llamar Tortuga o Lincoln (por un amigo y por Abraham Lincoln respectivamente).
Educación en el hogar: Rutinas, lectura y sinceridad
Verdaderamente ha sido una alegría tener a los niños en casa conmigo después de la experiencia de “enviarlos a la escuela de preescolar” durante más de seis meses. Definitivamente esto es desafiante, agotador y muy estimulante para la humildad. Pero ¿no son así todas las cosas que importan en la vida? Estamos en nuestro segundo trimestre de educación en el hogar (tenemos clases durante seis semanas y descansamos una) y hemos adoptado una rutina que funciona para nosotros. Leemos buenos libros; aprendemos algo de swahili; coloreamos banderas y dibujamos en el mapamundi; llevamos un registro gráfico de la fecha y el clima (este último no cambia mucho aquí); hacemos dibujos en nuestros diarios; leemos algo más; jugamos; escuchamos buena música y vemos hermosas obras de arte. Practicamos los sonidos de las letras; hacemos un desorden y desparramamos todos los lápices de colores a diario; hablamos acerca de la obediencia y tenemos prácticas. Reímos, aprendemos, gimoteamos, tenemos crisis, nos quejamos, nos arrepentimos, hacemos las paces; porque eso es ser sincero.
Swahili: pole pole, por favor
“Pole pole” se puede traducir como “despacio”, y eso es lo que estamos pidiendo a menudo en estos días: “¿Podrías decirlo de nuevo más despacio?” Después de ocho meses de estar estudiando el idioma, ahora podemos sostener una conversación, recorrer la ciudad y expresar lo que queremos comunicar (aunque nos pueda tomar un tiempo). Y podemos entender bastante, ¡con tal que nuestro interlocutor esté dispuesto a hablar “pole pole”! Porque tan pronto empiezan a hablar con su swahili rápido (léase: velocidad normal), podemos quedar muy perdidos. Es alentador pensar en el progreso que hemos logrado en el estudio del idioma; sin embargo, estimula nuestra humildad pensar en lo mucho que nos falta aprender.
Los niños: Vivir como un pez dorado
A pesar de los desafíos de vivir en otra cultura, en nuevo entorno, y como un pez dorado en una pecera (siendo los únicos niños blancos en kilómetros a la redonda), estamos muy agradecidos porque verdaderamente están prosperando. Están empezando a formar algunas amistades y están entendiendo y hablando más swahili todas las semanas; están aprendiendo y haciendo preguntas profundas sobre Dios y el mundo; están formando un hermoso vínculo fraternal (no sin las discusiones y las riñas diarias, por supuesto) que es adorable presenciar.
Desafíos: de gracia en gracia
Tenemos los desafíos diarios del calor (embarazo + calor africano = mucha sudoración), las fallas ocasionales de la energía eléctrica, las lluvias torrenciales, los zancudos, o la limitada disponibilidad de víveres. Pero lo más desafiante es aprender continuamente a crecer como instrumentos útiles en las manos del Señor en este contexto. ¿Cómo comunicarnos claramente sin hablar bien el idioma? ¿Cómo recibir a los vecinos cuando los recibimientos parecen tan diferentes aquí? ¿Cómo ayudar a nuestros hijos a desarrollar amistades con niños que son tan diferentes de ellos? Y ¿cómo hacer la obra del Señor todos los días en las trincheras del estudio laborioso del idioma y la vida cotidiana? Paso a paso; día a día; de gracia en gracia.
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