6 de julio, 2017
¡Bienvenidos al Salón de Clases de ACI! Estas publicaciones están diseñadas para dar la perspectiva de una persona de la Misión sobre ACI (Adquisición de Cultura e Idioma) en el Pacífico Asiático. ¿Qué se siente ser extranjero en este país? ¿Qué nuevos objetos de interés y sonidos nos asaltan todos los días? ¿Cómo nos ve la gente? ¿Cómo reaccionamos ante las diferencias culturales? ¡Se nuestro invitado y camina con nosotros en esta selva de nuevas experiencias!
¿Puedes pensar en algo más simple que intercambiar un “Hola, ¿cómo estás?” con un amigo o un conocido que pasa? Es algo tan básico como esto lo que contribuye a nuestro estrés cultural en el Pacífico Asiático.
No fue un gran problema durante las primeras semanas. En ese entonces confiábamos en Google Translate para que nos ayudara con nuestros encuentros sociales. Lo que Google nos decía, lo usábamos. No conocíamos nada mejor entonces.
Entrar, tutores de idiomas.
Ahora hemos descubierto que hay diferentes niveles de formalidad con base en los pronombres que elegimos usar. Afortunadamente la primera pregunta del saludo no requiere un pronombre. Literalmente esta pregunta se traduce: “¿Cuáles son las noticias?” Por lo tanto… siempre que es posible, tratamos de adelantarnos a la otra persona: “Halo, ¿apa kabar?” Sin embargo, no sería cortés que alguien respondiera simplemente “Bien”; la costumbre social requiere la respuesta: “Bien. ¿Y tú?”
Supongamos que somos los ‘afortunados’ que tienen que responder al saludo, aquí es donde el uso de los pronombres se complica. Hasta donde sabemos, tenemos seis opciones de pronombres de segunda persona con base en el género, la edad, la cercanía de la amistad, las suposiciones y/o la adulación. Al elegir un pronombre equivocado, podríamos ofender involuntariamente a un desconocido al asumir demasiada familiaridad; por otro lado, también podríamos ofender accidentalmente a un amigo al hacer uso de una formalidad excesiva. Podríamos llamar erróneamente a un hombre joven con el pronombre de una mujer joven, o viceversa. Podríamos ofender terriblemente a una jovencita al referirnos a ella como a una “madre” (en caso de duda, ¡supón que es más joven!)
Nuestros amigos aquí en el Pacífico Asiático pueden pensar que no somos muy inteligentes cuando nos hacen una pregunta sencilla como “¿Cuáles son las noticias [Cómo estás]?” y no obtienen respuesta sino una momentánea mirada confusa. Pero si ellos advirtieran el frenesí y la agitación mental que está ocurriendo detrás de esa mirada confusa, sin duda brindarían un poco de simpatía.
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