2 de febrero, 2017
Estaba mirando algunas fotos en mi computadora y encontré una de estas biblias en idioma hewa. Técnicamente son “Porciones de las Escrituras” porque no hemos terminado el proyecto de traducción, pero es más fácil para ustedes y para mí si las llamo biblias.
Cuando traducimos nuevos libros de la Biblia imprimimos nuevas “biblias”; contienen lo que hemos traducido hasta el momento. Esto, por supuesto, es un poco caro, pero es para lo que estamos aquí y para lo que levantamos fondos de apoyo (¡GRACIAS!) No obstante, no repartimos las biblias, o terminarían convertidas en basura en toda la aldea, serían usadas para comenzar fuegos o peleas, o básicamente serían tratadas como si no tuvieran valor. Tienen que costarle un poco al dueño para que sean cuidadas y atesoradas, por consiguiente, les cobramos una cantidad muy pequeña cuando compran por primera vez una Biblia, y si entregan una Biblia “vieja”, una que no sea la versión más actualizada que hayamos imprimido, pagan un costo aun menor.
Por eso tengo esta caja de biblias “viejas” en el desván de mi casa. Mi compañero de trabajo dijo que él simplemente quema las biblias viejas, pero yo no lo he hecho todavía por una serie de razones. La número uno es mi relación de vieja data con la procrastinación, pero también porque me gusta mirarlas allí arriba. Quiero decir, contemplarlas todas rotas y desteñidas y obviamente usadas. Evidentemente han sido llevadas a través de los senderos de la densa selva, sobre troncos, ríos y laderas montañosas; sin duda alguna han sido leídas. Es un gran recordatorio cuando mi actitud no es muy buena que digamos al final de un largo día (o semana, o mes) de tratar con cualquier travesura de la aldea que haya aparecido.
Y luego está esta foto…
Es de un hombre que está leyendo su Biblia en las oscuras horas de la noche selvática con solo una linterna. Me asombra ver a la gente de esta etnia enamorarse de la Palabra de Dios y, por lo tanto, hacer grandes esfuerzos para leerla, comoquiera y cuandoquiera que pueden. A estas alturas ellos solo tienen aproximadamente el 50% del Nuevo Testamento y, sin embargo, muchos de ellos pasan más tiempo leyendo sus biblias que la mayoría de las personas que tiene todas las Escrituras…en muchas traducciones diferentes… incluyéndome a mí mismo. A menudo soy desafiado y animado por mis hermanos y hermanas hewas a pasar más tiempo en la Palabra de Dios. Después de todo, ¡yo tengo luces en mi casa! ¡No tengo que preocuparme por la fatiga del brazo por sostener una linterna durante horas!
En fin, estas fotos fueron un buen recordatorio antes de volver a la comunidad étnica (dentro de unas tres semanas), y un gran estímulo para los días en que me pregunte si realmente estamos haciendo algo por la gente de allí.
Porque yo sé que aunque un día nos iremos para siempre, y que la edificación que construimos acabará pudriéndose en la tierra, “la Palabra de Dios es viva y eficaz…” y seguirá adelante mientras haya gente que todavía esté dispuesta a hacer cualquier cosa por leerla.
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