28 de agosto, 2016
DOM
Tuve el gran privilegio de asistir a la dedicación de la Biblia en idioma dom el viernes pasado. Con esta dedicación culminan cuarenta años de duro trabajo con la etnia dom en las tierras altas de Papúa Nueva Guinea. Un número de visitantes de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido asistieron a la dedicación.
Colin Lamb comenzó el trabajo con la etnia dom cuando se estableció aquí en 1975 con su familia. Desde entonces se retiró y regresó al Reino Unido. Su hijo, Martin, quien creció aquí, también vino desde Canadá. Jim y Judy Burdett se unieron a Colin a mediados de la década de 1980. Jim y Judy han vivido aquí desde entonces y han terminado la traducción de la Biblia. Desde esta aldea se han llevado a cabo varios esfuerzos de evangelización en otras aldeas, y ahora, con la Biblia traducida, están recibiendo más solicitudes de llevar la Palabra a otros grupos.
He incluido una serie de fotos, pero solo dejan entrever los eventos del día. Vino gente no solo del extranjero, sino también de otras etnias.
Estuve hablando con un hombre que vino de una etnia del otro lado de la montaña. Su tribu tiene la Biblia, la cual fue traducida para ellos hace unos años, y quiso unirse a la gente dom en su celebración. También me dijo que hay alrededor de 16.000 personas que hablan algún dialecto del idioma dom, por consiguiente, hay una gran oportunidad para difundir la Palabra entre un grupo mucho más grande con los esfuerzos de evangelización.
Son los creyentes de la etnia dom los que están llevando a cabo estos esfuerzos de evangelización y están entusiasmados con la propagación del Evangelio; ¡es por esa razón que estamos aquí!
Comenzamos el día antes del alba, para poder estar en el camino cuando amaneciera. Tomamos la carretera de las tierras altas desde Goroka, sobre el Paso de Dualo a 2.478 m de altitud (el punto más elevado de esta carretera), aproximadamente 75 km, pero demoramos cerca de dos horas; a pesar de que la carretera de las tierras altas estaba sin pavimentar en una gran parte del trayecto y a pesar de que había los infaltables baches. Los últimos 25 km nos tomaron otras dos horas sobre una carretera selvática que serpenteaba entre las montañas.
La carretera tenía hermosos paisajes, curvas y precipicios. Llegamos al patio de la escuela donde se llevaría a cabo la ceremonia. Hubo un desfile en el que la gente tribal llevaba las biblias al Gran Estand (un pequeño cobertizo construido para la ocasión) donde se iban a realizar las ceremonias. Hubo una serie de discursos, la mayoría de los cuales no pude entender, algunos en la lengua tok pisin y otros, supongo yo, en dom. Después de los discursos se entregó una biblia a un número de diferentes iglesias, cada una como un gesto de buena voluntad. Cada una de estas iglesias tenía una cantidad de personas allí; luego se entregaron biblias a las personas.
Después de la distribución hubo un gran banquete, lamentablemente teníamos que emprender el camino para poder estar en casa, o al menos haber recorrido la mayor parte del trayecto, antes de que oscureciera. ¡Sin embargo, comimos y corrimos!
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