El club bíblico de los niños
CUANDO DIOS OPRIME EL BOTÓN ‘PAUSA’
25 de julio, 2016
En los últimos meses todo parecía ir bien, muy bien. El Domingo de la Amistad en mayo fue exitoso con más de cincuenta visitantes en la iglesia; el Campamento Bíblico Deportivo tuvo una asistencia de casi cincuenta adolescentes; la asistencia semanal al grupo de jóvenes tiene un promedio de más de treinta; el nuevo Club Bíblico de Niños empezó con una asistencia de cuarenta y siete niños; el Estudio Bíblico del libro de Lucas tuvo dieciséis asistentes el martes pasado. Cada semana, casi 100 aldeanos entran en nuestra casa para estudiar la Palabra de Dios. Cada semana, los creyentes son fortalecidos en su fe y los incrédulos oyen las buenas nuevas. Realmente estamos emocionados de ver lo que Dios está haciendo en esta aldea.
En medio de todo esto, parece que Dios quiere que hagamos una pausa. El domingo pasado en la mañana, mientras yo, Stephen, terminaba de presentar el mensaje dominical, Ginger rodaba por nuestras duras escaleras de madera de jabí. Ella se detuvo en seco después de golpear su cabeza contra la puerta de madera del fondo. Tiré mis papeles al piso y corrí a donde ella yacía, su cuello estaba en una posición delicada ya que su cabeza todavía soportaba el peso de todo su cuerpo. Inmediatamente me preocupó que pudiera estar paralizada; afortunadamente pudimos sacarla de la estrecha área donde había aterrizado y la llevamos a nuestro sofá. Su cabeza estaba sangrando y su brazo derecho estaba muy, muy dolorido.
Después de llevarla al sofá, procedí a levantar a todos con las palabras: “Levántense y comiencen a empacar; tenemos que llevar a Mamá al hospital”. Después de una hora de dedicarnos a empacar, cargar el vehículo e informar a dos creyentes sobre la situación, iniciamos el viaje de tres horas en auto hasta el hospital. Alabado sea el Señor, a las 10 am llegamos al hospital. Después de cinco horas y cinco radiografías, Ginger fue dada de alta con el diagnóstico de que no tenía ninguna fractura.
Sin embargo fue una noche larga para Ginger. Aún tenía un dolor intenso y no durmió bien. Después de consultar a un amigo en los Estados, el lunes en la mañana decidimos ir a ver a un médico diferente para tener una segunda opinión. Inmediatamente él vio en las radiografías lo que el personal de la sala de urgencias no había visto: una fractura justo abajo del codo. Afortunadamente el hueso todavía estaba en línea y no necesitaba un yeso. No nos alegra oír la noticia de que el brazo de Ginger está fracturado, pero estamos agradecidos de saber finalmente por qué tenía tanto dolor.
En esta mañana, martes, Ginger nos dice que durmió mucho mejor y que el dolor ha disminuido un poco. En esta mañana también están apareciendo los moretones; solamente en su cara tiene cinco: en su frente (donde se golpeó con la puerta), en su mentón, en su mejilla, y dos ojos amoratados. Lo siento, pero “viviré sabiamente” con mi esposa y no compartiré una foto con todos ustedes.
Por favor, oren por nosotros, especialmente por la sanación de Ginger. Ella dice que no recuerda la caída, pero que podría estar experimentando el evento en su mente una y otra vez. En la primera noche soñé constantemente con la caída y viéndola tendida en el suelo. En verdad es increíble que Dios la haya protegido de una lesión más grave.
A través de esta caída, sentimos que Dios está oprimiendo el botón de pausa. Hemos decidido permanecer en Puerto durante una semana para que Ginger se sane y para esperar a que le hagan un chequeo. Como resultado, hemos decidido cancelar todos nuestros estudios bíblicos durante dos semanas. No obstante, los creyentes se reunirán el domingo y he hablado con uno de ellos para que prepare un mensaje. Esta será la primera vez que un creyente prepare su propio mensaje sin la guía o el bosquejo de un misionero. Oramos para que este accidente sea usado para la gloria de Dios y para que los creyentes vean por sí mismos la necesidad de ser más activos en la iglesia.
Gracias a todos por colaborar con nosotros a través de la oración.
¿QUÉ DIRÍA LA PUERTA?
2 de agosto, 2016
“¡Ay!”
Ayer viajamos durante tres horas de regreso a la aldea, desempacamos y nos preparamos para otra semana de escuela y trabajo. En esta mañana, cuando Stephen estaba fuera, se dio cuenta de que algo no estaba bien en la parte exterior de la puerta. Al examinarla de cerca, notó que una tabla estaba fuera de su sitio. Nuestras puertas tienen grandes espacios en la parte inferior, a través de los cuales serpientes y otras criaturas indeseadas podrían fácilmente colarse en nuestra casa. Por esta razón, Stephen bloqueó esta gran abertura pegando un pedazo de madera en la parte exterior de la puerta. Al examinar la tabla, Stephen se preguntó: “¿Habrá alguien intentado meterse en nuestra casa mientras estábamos lejos?”
La abertura bajo la puerta
Luego, con asombro, se dio cuenta de que la tabla había sido sacada de su lugar por la caída de Ginger y su impacto sobre la puerta. La puerta que Ginger golpeó solamente abre hacia adentro de la casa y está muy bien asegurada con dos cerrojos. Sin embargo, el impacto de Ginger hizo que la puerta fuera empujada hacia afuera, haciendo que esta tabla particular fuera sacada de su sitio, a pesar de que había sido muy bien pegada. Con asombro ante esta nueva evidencia, una vez más alabamos a Dios porque las heridas de Ginger no fueran más graves.
Durante nuestra ausencia de la aldea, escuchamos que el culto del domingo pasado salió bien. Un creyente no sabía que Stephen le había pedido a otro hombre que preparara algo y lo enseñara en nuestra ausencia. El creyente que ignoraba esto también había preparado su propio mensaje para compartirlo. Este creyente vino a visitar hoy y compartió esto con Stephen. Durante su visita le dijo a Stephen: “Debemos estar preparados”. Con estas pocas palabras él resumió nuestro ministerio aquí entre los creyentes agutaynens: Enseñar y preparar. ¿Preparar para qué? Preparar para que dirijan a los suyos; preparar para que defiendan la fe exclusiva en Cristo; preparar para que dejen ir a los misioneros.
Una puerta detuvo la caída de Ginger, pero nada puede detener la difusión de las buenas nuevas.
Gracias, otra vez, por tus oraciones a favor de la recuperación de Ginger y el crecimiento de los creyentes agutaynens.
UNA DE LAS ORACIONES MÁS DULCES QUE HAYA OÍDO ALGUNA VEZ…
12 de agosto, 2016
. . .y ni siquiera escuché gran parte de ella.
Desde hace varias semanas, una de mis rutinas diarias es ir a visitar a Tay Hesus. Como ustedes saben, él tiene un cáncer en etapa cuatro y su cuerpo está perdiendo la batalla. Durante las últimas semanas se ha puesto más y más débil. Debido al accidente de Ginger, estuvimos fuera de la aldea durante más de una semana. Por lo que al regresar a la aldea, bajé por el camino polvoriento a ver a Hesus. Al acercarme a su cabecera, inmediatamente Hesus quería saber cómo estaba Ginger. Este hombre que está muriendo quería saber cómo estaba mi esposa. ¡Huy! Mientras hablaba, tenía que acercarme a su cara para escuchar sus “palabras”; estas salían como un susurro entre dientes. A menudo miraba a la esposa de Hesus para ver si ella entendía lo que él estaba tratando de decir. En mi corta visita de unos veinte minutos, Hesus se quedaba dormido a cada tanto. Hacia el final de mi visita se despertó nuevamente y aproveché la oportunidad para orar por él y por su familia. Por causa de su somnolencia oré brevemente; sin embargo, inmediatamente después de terminar mi oración, Hesus dijo: “Quiero orar por Ginger”. En los siguientes minutos Hesus oró por Ginger, pero debido a su debilidad y a su pérdida de capacidad para hablar claramente, ignoro gran parte de lo que él dijo. Sin embargo, esta es una de las oraciones más dulces que alguna vez haya oído.
Por favor, sigue orando por Hesus, su familia y la comunidad de creyentes durante esta hora difícil.
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