22 de marzo
Hemos estado en Papúa Nueva Guinea por un poco más de un mes y nos hemos instalado en una casa de alquiler en el centro misionero de NTM.
Gracias a todos por orar por nosotros pues hemos vuelto a “vivir la vida” como una familia.
Jon se dedicó a volar enseguida, gracias a la pericia de su instructor de vuelo John Mark Estelle. Jon realizó su primer vuelo solo la semana pasada en el Kodiak. ¿Pueden imaginar su emoción? Estar de nuevo en PNG, haciendo lo que más le gusta, sirviendo a nuestros misioneros plantadores de iglesias a través de la aviación. Qué corazones tan contentos al ver todo lo que Dios ha hecho para regresar a Jon a la cabina de mando con la aviación misionera; muchachos, ¡este ha sido un verdadero viaje!
A los niños les encanta el clima, los charcos de barro, jugar todo el día afuera en el clima de tipo verano, y tener chicos en abundancia con quienes jugar en el centro misionero. También hemos recomenzado la educación en el hogar.
He estado supremamente feliz de estar en MI PROPIA casa, organizándola, entreteniéndome en mi cocina, preparando comidas y adaptándome a la vida aquí en PNG. Hay un gran grupo de señoras aquí para conocer, ¡y ya he hecho algunas amigas encantadoras!
Alabado sea Dios, ¡de quien fluyen TODAS LAS BENDICIONES!
Gracias, muchachos, por estar pendientes de nosotros y orar para que regresáramos al campo misionero. ¡Dios es muy bueno y da buenos regalos!
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” Santiago 1:17.
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