10 de marzo
Él tiene guardadas todas las publicaciones de nuestro blog y las trajo para mostrárselas a Jon.
Mientras estábamos en el centro principal del Instituto Lingüístico de Verano (SIL por sus siglas en inglés) en las tierras altas de Papúa Nueva Guinea, nos sentamos con el pastor que se detuvo para recoger a Jon en el lugar del accidente. Este buen samaritano lo llevó en un vehículo público y sostuvo a Jon mientras sangraba sobre él.
Se puso lloroso cuando vio a Jon por primera vez después del accidente. Nos contó más detalles del accidente e incluso había escrito una entrada en su diario.
¡Alabado sea Dios por este hombre haberse detenido y salvado la vida de Jon!
Estamos muy agradecidos por TODOS los milagros –hasta el día de hoy seguimos aprendiendo más acerca de la obra que hizo Dios, incluso en los detalles más pequeños que rodearon el accidente.
¡Servimos a un Dios íntimo!
“Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos” (I Crónicas 29:11).
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