7 de marzo
Nuestro primer avión Kodiak ha estado volando como un loco. Fue autorizado para volar a finales del año pasado y ha estado dando vueltas por todo el lugar mientras nuestros pilotos reciben entrenamiento.
Recientemente puedes haber oído que el 2o Kodiak llegó a Papúa Nueva Guinea. Alabamos al Señor por la provisión de estas maravillosas aeronaves —un avión que fue diseñado teniendo en mente las misiones tribales.
Fue una noticia emocionante, PERO ocurrió justo cuando Paul estaba terminando una inspección muy difícil del helicóptero. Había mucho mantenimiento por hacer, nos habían restado otro mecánico (y podrás recordar que ya estábamos cortos de personal en cuanto a mecánicos aeronáuticos) y Paul tenía algunos problemas de salud graves. Una inspección de dos semanas se convirtió en una de tres y media con mucho tiempo extra. Y como puedes imaginar, todos estábamos fatigados y muy cansados para alegrarnos con la llegada de nuestro segundo Kodiak. Nos damos cuenta que permitimos que nuestras circunstancias del momento nos privaran del gozo de ver la obra de Dios al traer el segundo Kodiak.
¿Puedes relacionarte con esto? ¿Alguna vez has sufrido de fatiga del ministerio? ¿Has estado a punto de darte por vencido y dimitir? Nosotros estuvimos cerca; nos dirigimos a la iglesia un domingo… por suerte ninguno de los dos estaba “de servicio” (Paul está en el equipo de predicadores y también ayuda con el video y Andrea ayuda con el ministerio de nuestros hijos). Pudimos sentarnos atrás y disfrutar el mensaje de un pastor visitante. ¿Sobre qué habló? ¡Fatiga ministerial! Disertó sobre las señales de advertencia (parecían conocidas) y maneras para combatirla. ¡Fue casi como si Alguien supiera que necesitábamos oír esto!
Afortunadamente sabíamos que un tiempo de descanso (y de sanación para Paul) aliviaría la situación… y así ha sido. Pero todavía tenemos una tremenda escasez de mecánicos y en los próximos meses el trabajo sólo va a aumentar. (Actualmente tenemos cinco pilotos nuevos en distintas etapas de entrenamiento). Por favor, sigue orando por nosotros… específicamente por los mecánicos mientras trabajan largas horas para mantener en funcionamiento nuestro programa de vuelos.
Vienen refuerzos… y recordamos esto a menudo. ¿Puedes unirte a nosotros en oración por dos mecánicos nuevos: Mike y Kelli Bicket; e Imie y Amy Mark? (de nuestra iglesia local: South Potomac Church). A ambas familias les gustaría llegar a Papúa Nueva Guinea en julio o agosto.
Eres parte de nuestro equipo vital y ¡no podríamos estar aquí sin tus fieles oraciones y la fuerza de nuestro Señor Jesucristo!
¿Cómo están los hijos?
Probablemente esta es la pregunta que más nos hacen (principalmente los abuelos). Phoebe tiene cuatro años y le gusta mucho estudiar en casa con mamá. Ella es nuestra persona sociable y le encanta jugar con sus “mejores amigos”.
Joshua tiene dos años y medio y es un parlanchín. Su lugar favorito para estar es la caja de arena (sin importar qué tan mojada esté). A ambos les encanta encontrar bichos, vivos o muertos, y PNG tiene muchos para ofrecer.
Aunque vivir en la tierra de la eterna primavera le causa problemas de alergias a Paul, también provee un terreno de juegos al aire libre para nuestros hijos durante todo el año. Por ello estamos agradecidos.
Nuestros hijos nos dan mucha alegría y nunca tenemos un momento aburrido con ellos. A veces todo lo que podemos hacer es llegar a tiempo a la cama ¡y pedirle a Dios la fuerza para hacer todo nuevamente a la mañana siguiente!
Alabanzas y peticiones de oración
- Alabanza —La llegada de nuestro 2o Kodiak y también el regreso de Jon Leedahl (y su familia). ¡Jon ya puede pilotar en PNG con su pierna protésica!
- Alabanza —La espalda de Paul ya casi está normal y ha podido volver a dormir… pero todavía tiene algunas punzadas que deben ser tratadas.
- Oración —Fuerza y unidad para nuestro equipo de aviación.
- Oración —Por sabiduría, pues queremos vender nuestro C-90 y algunos Cessnas.
- Oración —Gracias por orar por lluvia. Hemos recibido mucha en estos últimos meses… Supongo que esto es típico en un año de El Niño. Lamentablemente, muchos de los locales han recibido demasiada lluvia y sus huertos que hace poco empezaron a crecer todavía están sufriendo. ¡Gracias por orar!
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