14 de octubre
Tenemos que confesar algo: Nos encanta McDonald’s. Especialmente el Menú de un Dólar. La favorita de Bryan es la Triple Cheese Burger; y no hay nada igual a las papas fritas recién salidas de la freidora, ¡calientes y bañadas en sal!
Pero lo que hace que McDonald’s sepa tan bueno es que el proceso de pensar en ello, subirse al auto, conducir hasta allí, ordenar, y tener esa deliciosa McPollo en mi vientre se pueda hacer en tan sólo unos 15 minutos. Me encanta que cuando la quiero, puedo tenerla prácticamente enseguida; ¡es muy conveniente y fácil!
Nos encanta lo que es rápido y fácil, y esa actitud puede trasladarse a muchos aspectos de nuestra manera de pensar. Incluso en la forma en que pensamos acerca de misiones. Podemos esperar que la labor de ganar convertidos y plantar iglesias se haga en semanas o meses, y no en años… décadas.
Creemos que la obra misionera debe parecer a iglesias plantadas con un liderazgo establecido y la Palabra de Dios en las manos de los creyentes, quienes la pasarán a otros. La verdad es que la obra toma tiempo y duro trabajo; mucho.
Aunque nos encanta McDonalds, nuestros estómagos no pueden soportarlo con mucha frecuencia. Es una comida rápida y sabrosa pero no nutritiva. No nos da lo que necesitamos para mantener una vida saludable.
No estamos dispuestos a conformarnos con las misiones de estilo McDonald’s. No son saludables a largo plazo.
Es por eso que estamos aquí en NTBI (Instituto Bíblico de New Tribes), ayudando a preparar a los creyentes para el duro camino que tienen por delante; esta capacitación también toma tiempo. Pero creemos que este tiempo arroja como resultado algo parecido a una comida gourmet de cinco platos suntuosos… no una hamburguesa Big Mac.
¡Gracias por permanecer con nosotros y orar por nosotros!
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