El misionero Garry Barkman está asombrado por la obra de Dios, aun en medio de las catástrofes más trágicas de la vida. Y más recientemente, a Garry le conmovió profundamente la ayuda de Dios para organizar envíos de plántulas de algas marinas.
El Tifón Haiyan, una tormenta excepcionalmente poderosa, causó daños incalculables en su paso por las Filipinas a principios de noviembre pasado. Además de la asombrosa y trágica pérdida de vidas, esta tormenta causó daños severos en muchas aldeas de islas remotas.
El medio de vida de muchas de estas pequeñas comunidades isleñas ha dependido enteramente de la pesca y el cultivo de algas marinas. Debido a que unos 3000 granjeros de estas áreas dependen del cultivo de algas para el sustento de sus familias, las repercusiones de la enorme destrucción causada por el tifón son claras y apremiantes.
Garry confirmó recientemente detalles del envío de 4500 libras de plántulas de algas marinas para hacer que estos granjeros se recuperen. Mientras estas plántulas se reproducen, se compartirán más plántulas con otros granjeros necesitados.
El transporte de estas plántulas es un asunto muy complicado, ya que tienen una vida útil de 24 horas desde que las recolectan. La única solución viable es transportarlas en helicóptero.
Por favor, oren específicamente por la necesidad de combustible, buen clima y especialmente, pide Garry, “pidan a Dios que este proyecto tenga efectos eternos en las personas que están recibiendo ayuda”.
“No puedo evitar asombrarme con Dios”, continúa Garry. “¡Todo a nuestro alrededor es una evidencia de Su poder, amor y bondad!”.
Su tierno cuidado y Su provisión en gracia son visibles —aun en los detalles del envío de plántulas de algas marinas.