Mientras el misionero Mike Riepma pasa caminando por la “casa de alfabetización” de la aldea, sonríe al oír los alegres sonidos que salen de las ventanas abiertas: un animado coro de voces infantiles.
Na … ni … no … ne … na’ …
Mike Riepma dice que es una delicia escuchar a 19 chicos ese ejjas de primer grado aprendiendo a leer y escribir en su propia lengua en un curso enseñado por su esposa, Cher, y su hija Melissa.
“Sin duda esto ha sido una respuesta a la oración”, informa él. La oportunidad de enseñar a estos niños ese ejjas pequeños por medio de la ayuda en una escuela local es una oportunidad maravillosa, algo que les encanta a Cher y a Melissa.
Hasta hace poco, estos mismos niños pequeños estaban rezagándose en sus estudios. No tenían mucho interés de asistir a la escuela, aun con el ofrecimiento de desayuno gratis. Los estudios eran en español, enseñados por maestros que no sabían el idioma tribal de los niños.
Las clases en el idioma de su corazón, el nativo, están haciendo la diferencia.
“Cher ha trabajado muy duro durante el último par de años para rehacer las cartillas de lectura”, explica Mike. “Y Melissa ha sido una gran bendición, ya que estos niños pequeños necesitan mucha ayuda y atención personal”.
A través de los años, se ha invertido mucho tiempo para producir materiales de lectura de calidad en idioma ese ejja. “Pero”, comenta Mike, “si la gente no puede leerlos, ¿cómo pueden tener algún efecto en sus vidas?”.
Lo cual explica por qué los Riepma están emocionados, no sólo por las clases de la mañana para niños pequeños, sino también por las clases de la tarde donde Cher alfabetiza a ese ejjas adultos jóvenes.
101 Historias Bíblicas Favoritas acaba de ser completado e impreso en ese ejja. “Estamos orando para que los creyentes usen este libro para leerles a sus hijos todos los días y para ayudar a poner fundamentos para su fe en Dios”, comparte Mike.
Los ministerios de alfabetización tribales abren la puerta para que la gente ese ejja aprenda a leer las Escrituras en su propio idioma. Esto les permite a los creyentes estar mejor equipados para madurar en su fe y su andar con Cristo, y para compartir las buenas nuevas de Jesús con otros.