Francois y Nadia Hattingh están emocionados al ver la obra de la Palabra de Dios en maneras evidentes.
“Nos encontramos en el último mes de la enseñanza en la aldea”, informa Nadia. “En mayo comenzamos en Génesis y pronto terminaremos con Apocalipsis. …Nuestra meta ha sido mostrarle a la gente mwinika, que nunca ha oído el mensaje del Evangelio, quién es Dios, cuál es el estado del hombre sin Dios, y cuál es el plan de Dios para reparar la relación. …Queremos que ellos vean que Dios hizo todo perfecto en el principio y que Él hará todo perfecto otra vez en el nuevo cielo y la nueva tierra”.
Recientemente, las lecciones han presentado las vidas de algunos creyentes del Nuevo Testamento, como Bernabé y Pedro, en contraste con la vida de un incrédulo como Herodes. Ellos han discutido cómo es la vida de un creyente.
Los oyentes mwinikas también están aprendiendo que los creyentes aún pecan y que no pueden ser como Cristo por sus propios esfuerzos. Están aprendiendo que el Espíritu Santo de Dios los faculta para vivir la vida que Dios quiere que ellos vivan.
“Ellos están aprendiendo que al pueblo de Dios todavía le suceden cosas malas, pero que Él nunca los abandona”, comenta Nadia. “Están viendo que Dios puede intervenir milagrosamente, como cuando Él liberó a Pedro de la cárcel, pero que algunos creyentes como Jacobo murieron por Cristo porque era parte del plan de Dios. …Ellos están aprendiendo que no deben temer a la muerte porque para los creyentes esto sólo significa una nueva vida con Dios”.
Alaba a Dios por todo lo que Él le está enseñando a la gente mwinika por medio de Su Palabra. Ora para que los incrédulos vean su necesidad de un Salvador y abran sus corazones a las buenas nuevas de Jesús, y para que los creyentes crezcan en la fe y en el entendimiento de las Escrituras.
“Oren”, añade Nadia, “para que la gente mwinika no sólo conozca la verdad, sino para que la crea y la viva”.