Durante dos mañanas, la familia Flaugher estuvo leyendo en Números 13 y 14 y discutiendo la historia de Dios instruyendo a Su pueblo para que fuera y explorara la tierra de Canaán. Ellos hablaron acerca del daño que había infligido el desánimo cuando los diez trajeron un informe negativo acerca de gigantes en la tierra.
Ese informe, comenta Scott Flaugher, tuvo el poder de hacer que el pueblo de Dios olvidara las promesas de que Dios iría delante de ellos, sosteniéndoles y proveyendo para ellos.
“Me alegra que tenemos la Palabra de Dios para recordarnos cómo ha obrado Él en el pasado en las vidas de Su pueblo”, informa Scott.
Scott y su esposa, Natasha, estaban esperando que Dios hiciera llover. “Nuestras reservas de agua se estaban agotando”, comenta él.
Scott revisó los tanques y estaban muy bajos para permitirse comodidades; “estábamos en el modo de reserva”, informa él.
Él le mencionó a Tasha que sería bueno bañar los niños en el río.
Scott ha notado que los gigantes de su vida, como sufrir una escasez de agua, son grandes recordatorios de su dependencia de Jehová-Jireh —el Dios que provee.
Después de hablar con Tasha acerca de bañar los niños en el río, Scott salió y observó el cielo; vio algunas nubes oscuras moviéndose en dirección a ellos. Cuando las divisó se preguntó: “¿Serán estas nubes las mensajeras de la provisión de Dios para nuestra necesidad de agua?”.
Y efectivamente la lluvia llegó, informa Scott. “Alábalo a Él —¡Él lo hizo! Es emocionante verlo a Él suplir nuestras necesidades, como ésta. Justo cuando nuestra necesidad se estaba volviendo urgente, ¡allí estuvo Él para suplirla!”.
Ver a Dios supliendo agua tan fielmente para su familia ayuda a Scott y a Tasha a confiar en Él para otros gigantes de sus vidas. “Esto nos anima cuando consideramos los ‘gigantes’ que tenemos ante nosotros en esta obra. Me recuerda que nosotros podemos hacer todas las cosas por medio de Cristo, quien nos fortalece”.