Una parte crítica de plantar iglesias tribales en sitios remotos es el desplazamiento. La aviación misionera ha hecho posible esta labor en zonas que eran imposibles en el pasado.
Ha habido una gran escasez de personal que esté entrenado y listo para volar a esos sitios. Pero Dios está respondiendo la oración en cuanto a algunas necesidades importantes.
Desde el año 2010, un helicóptero está siendo usado como una herramienta eficaz para servir a los misioneros que trabajan en zonas distantes de las Filipinas. Recientemente unas reparaciones indispensables han interrumpido ese servicio.
Nosotros estábamos orando.
Dios ha respondido.
Brett Randolph y Larry Dye son dos respuestas a esas oraciones. Ellos son mecánicos experimentados de precisión que pueden hacer el trabajo necesario para poner nuevamente en funcionamiento ese helicóptero.
Brett y Larry normalmente forman parte del equipo en McNeal, Arizona, el cual ayuda en el entrenamiento de nuevos pilotos y mecánicos, pero como la escasez en las Filipinas era tan evidente, ellos se han ofrecido a ir en esta ocasión.