Dios está obrando en la cultura mwinika y en las vidas de algunos de sus individuos.
A Nadia Hattingh le encanta ver obrar a Dios en forma evidente en las vidas de algunos de sus amigos mwinikas.
Geri es su “mano derecha”. Este hombre ha estado ayudando a Nadia y a su esposo, Francois, con la horticultura. A cambio, Nadia le está dando a Geri lecciones de culinaria.
Geri, quien hace poco aprendió a leer y escribir, aprende muy rápido y “da gozo trabajar con él”.
A Geri también le gusta reír y contar chistes. Por eso Nadia se preocupó cuando hace poco él se volvió “demasiado serio y ensimismado”.
“Yo le pregunté si se sentía bien”, informa Nadia.
“Sí, estoy bien de salud”, respondió Geri.
Entonces, Nadia se preguntó si la enseñanza bíblica en mwinika que actualmente se está llevando a cabo en la aldea donde vive Geri estaría impactándole.
“¿Qué estás aprendiendo de la enseñanza bíblica?” le preguntó ella. “¿Qué piensas al respecto?”.
“¡Que soy pecador!” respondió enfáticamente Geri. Y entonces se hizo evidente el porqué del cambio notable en su temperamento.
Nadia está alabando a Dios porque ella sabe que Él está obrando en el corazón de Geri. “Aunque ahora él está desesperado porque comprende que es pecador y que no hay nada que él pueda hacer para salvarse a sí mismo, es el primer paso glorioso hacia su aceptación del Salvador”, comenta feliz Nadia.
Otro amigo mwinika, Papá Bakar, tiene una larga historia de ser más bien enojadizo y testarudo. Él ya es viejo, pero asiste fielmente a la enseñanza bíblica todas las tardes. Escucha atentamente y dice que anhela aprender lo que Dios quiere que él sepa.
“Con frecuencia él hace preguntas que hacen pensar”, explica Nadia. “Él siempre ha resistido el cambio —hasta ahora”, añade ella.
“¿Cómo podemos ir ante Dios por respuestas?” “¿Cómo podemos hablar con Dios?” “¿Cómo podremos oír Su voz si no podemos verlo?” Papá Bakar está lleno de preguntas.
Cuando en la enseñanza bíblica se presentó la verdad de que Dios está buscando a Sus hijos, que Él quiere ser hallado y desea que Sus hijos estén con Él, Papá Bakar comentó: “Aun la gallina siempre busca a sus polluelos y los llama constantemente; ¡así es como Dios nos está llamando!”.
Nadia se regocija al ver a Dios abriendo el corazón endurecido de Papá Bakar.
Y ella tiene otra amiga por cuya vida ella ora para ver la obra de Dios. Cuando Francois y Nadia llegaron en el año 2005, se decidió que Ziria sería la ayudante de idioma de Nadia. Ziria y Nadia reían juntas mientras trabajaban, pero Ziria siempre ha mantenido un cerrojo en su corazón y ha resguardado su amistad con Nadia contra cualquier intimidad.
“Pronto me di cuenta”, comenta Nadia, “que Ziria mantenía ocultas muchas heridas”.
Exteriormente, Ziria es ruidosa, orgullosa, ferozmente celosa de su amistad con Nadia, pronta a menospreciar a otros, y es temida por muchos en la comunidad mwinika, haciendo que algunos amigos de Nadia duden antes de visitarla. Pero ésa es Ziria ante los ojos de los demás; en su interior, Nadia está segura de que su amiga lucha con sentimientos de inferioridad.
Al principio, Ziria se negó rotundamente a asistir a la enseñanza bíblica cuando ésta empezó en mayo. A Nadia esto le partió el corazón y oraba fervientemente para que ella cambiara su actitud. Pero aún no venía.
Luego, la semana pasada, abruptamente Ziria cambió su actitud. Y al principio, Nadia se alegró.
Pero Ziria vino a la enseñanza bíblica con intenciones ocultas. Y tristemente, ella está aprovechando cada oportunidad para criticar a los maestros e interrumpir las reuniones. “Ella trata de tomar el mando, dando órdenes en voz alta a su alrededor”.
Por lo tanto, Nadia empieza a preguntarse con tristeza si fue una buena idea instar a Ziria a venir a la enseñanza bíblica, después de todo.
No obstante, al mismo tiempo, ella sabe que lo que Ziria necesita realmente es lo mismo que Geri y Papá Bakar necesitan. En realidad, es lo mismo que cada persona en todo el mundo necesita.
Ziria, Geri y Papá Bakar necesitan al Salvador; necesitan a Jesús. El corazón de Nadia está descansando, confiando en Dios con esa verdad.
“Dios no ha dejado de ser Dios y yo sé que Él puede ganar cualquier corazón”, afirma Nadia.
¿Dejarías tus actividades por un momento y orarías por Francois y los creyentes mwinikas que están ayudando a enseñar las buenas nuevas del Salvador a la gente mwinika? Ora para que el Espíritu de Dios obre en los corazones de Geri, Papá Bakar, Ziria y otros como ellos, convenciéndoles de su necesidad de un Salvador. Ora para que ellos hallen esperanza, gozo y libertad con el poderoso mensaje del Evangelio.