¿Entonces qué tiene que ver un helicóptero con la construcción de una casa?
Si nosotros fuéramos Jag y Abby Dunn, quienes están comprometidos con la plantación de iglesias tribales en una aldea hewa donde no hay carreteras, entonces estaríamos muy enterados del enlace.
Desde cuando ellos tuvieron que decidir si construían con metal o con madera, sabían que necesitarían un helicóptero para materializar ese proyecto. Aun después de decidirse por una construcción de madera, el proceso no continúa sin los vuelos del helicóptero con las cajas llenas de equipos, materiales de construcción y cosas para su sustento.
Pero aun eso no se puede comparar con la labor de llevar el tractor hasta la aldea en donde van a vivir, lo cual requiere de varios vuelos.
Antes que todo esto finalmente suceda, alguien tendrá que caminar 14 horas a través de las montañas hasta la aldea para empezar a cortar madera. Los árboles que hay que cortar están a otra hora de la aldea donde los hombres dormirán en tiendas mientras trabajan.
Hay preocupación por malaria y otras enfermedades pero los hombres están fuertes y están confiando en que Dios les dará todo lo necesario para terminar. Ellos saben de antemano que muchos de los árboles que se cortan pueden estar demasiado podridos por dentro para ser usados, y esto puede ser desalentador.
Jag y Abby están muy conscientes de la sensibilidad de los hijos a cualquier preocupación que ellos puedan tener mientras hacen los preparativos; ellos también decidieron confiar en el Señor. Mientras Abby prepara y congela comida para el grupo que está construyendo, trata de recordar: “este mensaje del Evangelio que vamos a llevar a Hewa es el mismo mensaje con el que voy a salir adelante todos los días”.
Jag recicla algunos materiales de una aldea vecina para el armazón; pero no serán suficientemente buenos para mantener a raya a las ratas y las termitas.
Los últimos preparativos de las cajas que deben enviar a la tribu son agotadores. Acomodar las piezas del tractor en los vuelos del helicóptero es como armar un rompecabezas.
Después que llegue toda la familia, tendrán que depender de sus compañeros para cosas como la cocina y la electricidad, ya que todo eso está en las cajas que finalmente serán enviadas en el helicóptero.
Los hijos disfrutan la aventura casi por completo. Kasen dejó de comer las cosas que no son comestibles, y a Kirra le encanta pasear con su bolsa como los hewas y le encanta recoger batatas. Ella no entiende por qué los otros chicos no advierten que sus narices están goteando y constantemente le dice a su mamá que ellos necesitan un pañuelo de papel. Pero ni el lodo ni los insectos logran impedir que persigan los pollos.
El ataque de un ave casuario hizo que Abby se diera cuenta que tenía que enseñarles a los hijos cómo defenderse del lado salvaje de las cosas; todos aprendieron rápidamente a lanzar piedras. Jag está orgulloso porque su hijo tendrá esa historia para contarla cuando esté un poco más grande.
Cuando la casa tenga sistema de agua, paredes interiores, armazón y techo, será el momento de mudarse de la casa de sus compañeros a la suya, mientras tanto, tendrán que vivir en un ambiente un tanto comunal.
Aun antes de terminar la casa, tendrán que trabajar en la pista aérea. Los vuelos en helicóptero son tan costosos que quieren que un avión empiece a llevarles los suministros tan pronto como sea posible. Así que tendrán que seguir nivelando el terreno con el tractor hasta que terminen.
Participar con fondos para un proyecto como este, ayuda a que misioneros como Jag y Abby den más de su tiempo y energías a entender el idioma y la cultura, lo cual finalmente conduce a compartir las buenas nuevas del Evangelio.