Sólo se necesitó de un corte rápido con un machete. Súbitamente la rama que unos momentos antes había estado unida al árbol para recibir vida y alimento, estaba efectivamente muerta debido a su abrupta separación.
En ese momento enérgico, varios maestros bíblicos dinangats ilustraron poderosamente la separación de Dios que ocurrió cuando Adán y Eva pecaron.
Estos creyentes dinangats, cuyas vidas y la aldea en general han sido transformadas por el Evangelio, sienten una carga por la gente perdida y sin esperanza de una aldea vecina –gente que no tiene a Cristo.
Cuando sus vecinos vieron esa rama repentina y permanentemente cortada, “fueron llevados a recordar que estaban separados de un Dios santo y justo por causa de su pecado”, explica Jeremiah Markley.
A pesar de que la rama estaría, por un tiempo, verde y flexible, nadie dudaba de que una vez que había sido separada del árbol estaba muerta.
A continuación, la rama marchitable fue colgada en el sitio de enseñanza de los dinangats como una ilustración.
Un mes más tarde todavía colgaba allí. Sus hojas estaban muriendo y cayendo al suelo; la rama separada que una vez había sido flexible y verde, ahora estaba rígida y muerta.
“La muerte de esa rama es un recordatorio muy tangible para la gente de esa aldea de cuál es su situación con Dios —están separados de Él”, comenta Jeremiah. “Ellos saben que tienen un gran problema debido a esa separación de Dios”.
El poder de esa ilustración ha hecho que varios miembros de la aldea se acerquen a los maestros bíblicos dinangats, preocupados y agobiados por el peso de su pecado.
“Yo soy como esa rama”, les dijo uno de ellos a los maestros bíblicos. “Por causa de mi pecado, he sido separado de Dios. Ustedes dicen que hay un Salvador prometido; ¿pueden pedirle que de algún modo me vuelva a unir a Dios?”.
Los creyentes dinangats están emocionados de compartir las buenas nuevas de gozo acerca de Jesús. Ellos les explican gozosos a estas personas que, a medida que ellas vengan a oír la enseñanza de la Palabra de Dios, aprenderán cómo volver a ser unidas a Dios.
“Por favor, no dejes de orar por estas personas queridas de esta aldea”, pide Jeremiah, “para que… sean atraídas por nuestro amante Dios y crean. Ora, también, para que este tiempo de evangelización de los maestros bíblicos dinangats… fortalezca su dependencia del Señor”.