El viaje más reciente de Jason Swanson para ver a la gente siawi fue un poderoso recordatorio de la obra de Cristo.
Jason Swanson cita 1 Corintios 15:3-4 mientras escribe para resumir su visita reciente a la gente siawi: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”.
“Nunca debemos olvidar la obra de Cristo. Debemos estar oyendo, reflexionando en y reafirmando el Evangelio. La obra de Cristo es completa; servimos a un Salvador resucitado, pero nunca debemos dejar de contemplar Su obra salvífica de redención consumada en la cruz”, informa Jason.
“Mi último viaje para visitar a los siawis fue un buen recordatorio de lo que Jesús cumplió en la cruz… también fue un buen vistazo de la obra que nuestro Señor está llevando a cabo por medio de la predicación de Su Palabra a medida que edifica Su Iglesia”.
Jason fue acompañado por tres jóvenes alemanes que son médicos residentes. Jason observaba y escuchaba con creciente asombro mientras la gente siawi se acercaba para compartir de su vida y para relacionarse con los tres jóvenes, Mattias, Edgard y Thomas. Abriendo sus hogares para ofrecer hospitalidad, los siawis sirvieron con generosidad cosas como larvas de gusanos cocidos, carne de cerdo, calabaza, verduras y pescado muy espinoso, comenta Jason.
Cada noche, Jason y sus amigos alemanes caminaban hasta la aldea para comer con una familia siawi diferente; “nos reuníamos alrededor del fuego y simplemente hablábamos”, informa Jason. “Sabiendo que los siawis pueden ser un poco tímidos, cada noche le pedía a uno de ellos que compartiera su testimonio. …Fue sensacional oír a tantos de ellos testificando sobre cómo Dios los había salvado y qué significó para ellos finalmente haber entendido y creído el Evangelio”.
Jason añade que frecuentemente estos testimonios hacían referencia a un drama que los misioneros habían hecho unos años antes. Ellos habían colgado una sábana para simbolizar la cortina o velo del tabernáculo que una vez había separado el lugar santísimo del lugar santo.
Los creyentes siawis repetidamente expresaron cómo, durante el drama, esa sábana había sido rasgada en dos, y eso les había mostrado claramente que Cristo había quitado todas las barreras para conocer a Dios.
“Cristo ha abierto el camino a Dios”, los creyentes compartían una y otra vez.
“No tenía idea de que ese drama hubiera consolidado la verdad para tantas personas”, comenta Jason. “Cada noche, tuve la oportunidad de regocijarme en la obra salvífica de Dios a medida que diferentes personas compartían cómo el Señor había aclarado el Evangelio para ellas”.
Jason está esperanzado y confiado en que la obra fiel de Dios entre el pueblo siawi continuará. Y personalmente se está regocijando en las buenas nuevas acerca de la obra que Cristo consumó en la cruz.
“El Señor usó esos tiempos para darme más aprecio por Su evangelio. …Debemos estar oyendo, reflexionando en y reafirmando el Evangelio”, dice Jason.
“Nunca debemos olvidar la obra de Cristo”.