A veces la situación puede volverse un poco loca, informa Joy Elliott quien, junto con su esposo y su familia, recientemente regresó a la aldea donde ministran a la gente morop.
Cuando Dios los preparó para este ministerio, incluyó una capacitación en muchos de los aspectos prácticos necesarios para suplir las necesidades de los indígenas.
Tomemos los últimos días, por ejemplo.
Recientemente, cuando se estaban preparando para una reunión nocturna con algunos hombres de la aldea, un hombre joven llegó cojeando. Accidentalmente se había disparado en la pierna con un rifle de aire comprimido. Jim tuvo que hacer una incisión en la pierna para sacar el perdigón de plomo que estaba alojado allí. Luego cerraron la herida y Jim procedió con la reunión.
Varios días antes, un niño de tres años fue cortado mientras jugaba con un pequeño amigo que estaba blandiendo un machete. El corte en su pierna fue profundo y tenía unos ocho centímetros de largo. Jim y Joy trataron cuidadosamente la herida.
“Los niños aquí empiezan a usar machetes desde muy pequeños”, observa Joy. Solamente unos pocos días antes, comparte ella, una niña de tres años de edad fue trágicamente golpeada en el ojo con un machete y muy probablemente perderá su ojo.
Jim y Joy también han estado tratando a Meksi, un líder de la aldea que ha estado muy enfermo y vive a cierta distancia. Ellos caminan todos los días hasta su casa para llevarle comida y medicamentos. “Estamos muy animados por su progreso”, dice Joy.
“En esta semana”, añade Joy, “estamos tratando un bebé que cayó de pie en una fogata. Ambos pies tienen quemaduras extensas de segundo grado. Entonces todos los días la mamá viene con el pequeño Yunus para que le cambiemos las vendas”.
Los Elliott también están tratando actualmente a dos personas por tuberculosis, y están orando para que Dios permita su recuperación y la apresure .
Jim y Joy no están principalmente en la aldea para suplir necesidades médicas. Están allí para aprender la cultura y el idioma y para plantar una iglesia. Pero en el proceso, Dios ha ampliado la tarea de su ministerio. Ministrar a la gente morop y derramar el amor de Cristo sobre ellos en múltiples maneras es una parte esencial de esta tarea.
La amplia preparación que recibieron en el Centro de Capacitación Misionera de NTM ha ayudado grandemente a prepararles para los aspectos prácticos del ministerio, informan Jim y Joy. últimamente muchas de esas oportunidades han estado relacionadas con necesidades médicas. Son necesidades que abren el corazón de los morops para recibir el Evangelio, el cual suplirá sus necesidades aun más cruciales, las espirituales.
“El Señor siempre está haciendo que nos esforcemos. … Siendo que somos la única cuerda de salvamento que tiene esta gente, lo que escogemos hacer o no hacer con frecuencia puede hacer la diferencia. … Estamos dispuestos a tratar de acometer los obstáculos que se nos presenten con tal de que una persona más viva para oír la verdad”, comenta Joy.