El hijo del jefe de la tribu estuvo a punto de perder la vida por el ataque de un cocodrilo hace apenas unos días.
Moisés, de quince años de edad, y dos amigos estaban cruzando un río cuando súbitamente fue atacado en forma brutal por un cocodrilo, informa Nadia Hattingh; después del ataque inicial, el joven logró escapar rápidamente.
Pero después, mientras él y sus amigos trataban de trepar en desbandada por la escarpada orilla del río para escapar, el cocodrilo aprisionó su pierna y lo arrastró nuevamente al agua.
Por la gracia de Dios, un vecino escuchó los gritos y vino corriendo con una lanza. El hombre hirió al cocodrilo varias veces hasta que finalmente dejó en libertad al chico.
Moisés perdió casi toda la pierna y el pie a duras penas le quedó unido. El muchacho sangraba abundantemente.
El jefe de la tribu y veinte hombres llegaron a la casa de Nadia con el chico en una camilla.
El esposo de Nadia, Francois, no estaba allí y la crisis demandaba una acción inmediata.
Nadia hizo lo mejor que pudo para detener la hemorragia. Mientras trabajaba en esto, Waldo y Franco, sus hijos, amablemente prepararon el vehículo inflando los neumáticos y abatiendo el asiento trasero para que Moisés pudiera acostarse.
Pronto se pusieron en camino con un tío de Moisés y otros dos familiares.
La carretera llena de baches ciertamente no ayudaba con la situación traumática. Las fuertes lluvias habían empeorado las vías más de lo acostumbrado y a veces tenían que avanzar a paso de tortuga.
Pero finalmente llegaron.
“¿Has estado alguna vez en un hospital de un país tercermundista?” pregunta Nadia. “Voy a omitir los detalles, pero basta con decir que el sufrimiento de Moisés no acabó cuando llegó allí”.
Resultó que no había ningún médico presente, pero un técnico (alguien entre un médico y una enfermera) limpió las heridas de Moisés; además de Tylenol, no tenían otro calmante.
“Yo permanecí con Moisés, sosteniendo su mano mientras ellos limpiaban sus heridas y cortaban el pie colgante de su pierna” comenta Nadia; “él tenía mucho dolor…”.
No había mantas ni almohadas para su comodidad, aparte de las cosas que Nadia había traído de la casa.
El gran reto era lograr que la ambulancia viniera desde el pueblo más cercano. Un vehículo cubre esa distancia en tres o cuatro horas. Y los contactos de la ambulancia informaron que no había combustible.
Nadia se quedó hasta que Moisés, quien estaba delirando por el dolor, finalmente recibió algo para ayudarle a dormir.
Cuando el muchacho se calmó, ella hizo sola el largo recorrido de vuelta a casa. Nadia oró durante todo el camino por Moisés y su familia.
“Sentí en forma muy real la presencia de Dios, …y a pesar de lo terrible que había sucedido, me sentía tranquila y en paz”, comparte ella.
Finalmente Nadia escuchó que Moisés había sido transportado. Ella había logrado ponerse en contacto con un hombre influyente que había cenado en la casa de ellos la semana anterior, y se sintió aliviada al enterarse que él había podido arreglar la entrega del combustible para el viaje de la ambulancia hasta un hospital más grande y mejor equipado.
Hace varios días que ella no ha podido hablar con alguien acerca de la condición actual de Moisés. “No tengo un contacto directo y tendré que esperar a que se filtren noticias a través de la ‘red de noticias selvática’. Esto es duro para mí, pero sé que Aquel que ama mucho a Moisés está allí con él para consolarlo y protegerlo”.
Nadia sospecha que Moisés tendrá que ser transferido una vez más a un hospital más grande y mejor equipado de la capital.
“Por favor, ora con nosotros para que Moisés sobreviva…. ¡Él necesita de nuestras oraciones! Tiene un largo camino de recuperación por delante y… su vida aún está en peligro”, informa ella.
“Mi oración es que este incidente con el cocodrilo pase de ser una horrible experiencia a algo que prepare los corazones de los mwinikas para la Palabra de Verdad”.
Por favor, detente ahora mismo y ora por Moisés y su familia. Ora para que Dios los consuele y le dé sabiduría al personal médico que lo está atendiendo. Ora para que este muchacho viva y Dios use su vida poderosamente.
Da gracias a Dios por proteger y cuidar a Nadia, y pídele que use a Francois, a Nadia y su familia mientras aman y ministran a la gente mwinika. Ora para que, por medio de este incidente, Dios lleve el consuelo y la esperanza del Evangelio a personas que necesitan urgentemente Su amor.