La historia estaba siendo forjada ante nuestros ojos. El sol tropical era abrasador y no había ni una pizca de brisa para aliviar a aquellos de nosotros que estábamos asándonos.
Pero nadie lo notó, tan concentrados estábamos en lo que estaba ocurriendo ante nuestros ojos.
Hubo un poco de agitación entre el público cuando mi esposo, Adam Martin, y Gili bautizaron a Waklo, la esposa de Gili, porque la parte superior de su peinado (el cual había sido arreglado para alcanzar la máxima elevación de su cabello para esta ocasión especial) no alcanzó a ser totalmente sumergida en el agua, lo cual provocó mucho murmullo y hasta risitas soterradas.
¡Fue el primer bautizo de creyentes akolets!
A mí me parece que los bautizos se pueden comparar a disfrutar de un postre estupendo después de haber comido muchísimos vegetales. Aunque han estado sucediendo cosas emocionantes y nos encanta enseñar Romanos y traducir esta epístola, y aunque los creyentes están devorando las verdades de Romanos, nos hemos sentido muy agotados tratando de mantenernos al día. (Los vegetales son bonísimos para nosotros, y hasta son agradables cuando han sido bien preparados, pero no nos digamos mentiras: ¡comer sólo vegetales cansa un poco!).
De modo que las semanas anteriores a este evento, como pueden imaginar, estuvieron llenas de trabajo. Un día antes de los bautizos, tuvimos no menos de tres candidatos de última hora. Caótico, ¿verdad? Pero así son los akolets, ellos toman decisiones de último momento, y por supuesto, nosotros nos alegramos mucho por cada uno de esos tres adolescentes que vinieron.
Pero luego llegó la mañana del domingo, ¡finalmente había llegado el momento del “postre”! Y todo fue absolutamente brillante —¡alabado sea Dios!
Gili se metió al agua mientras Adam aún estaba tratando de decir: “¿Quién quiere ser el prime….?”.
“¡Yo primero!” respondió Gili; eso fue perfecto, ya que él fue el primero en creer; lo cual sucedió hace dos años.
Ahora, si un hombre y sus esposa o sus hijos fueran a ser bautizados, Adam y su coobrero Ryan Warner bautizarían al hombre primero, luego el hombre ayudaría a Adam a bautizar a su esposa y/o sus hijos.
Adam les habló a los creyentes que estaban esperando ser bautizados; ellos estaban de pie, separados del resto de nosotros.
Adam dijo: “Dios les ha concedido Su gracia divina a ustedes, Jesús los ha rescatado, y el Espíritu Santo habita en ustedes. Así que están unidos a Dios. Teniendo en cuenta esto, vamos a sumergirlos en el agua”.
Luego cada persona que iba a ser bautizada entró a las aguas.
Adam les dijo: “Cuando Jesús murió, ustedes también murieron. Cuando Jesús fue resucitado, ustedes también fueron resucitados”.
Todos estaban entusiasmados y emocionados ante la decisión de si iban a ser bautizados o no. Al final, veintidós personas decidieron bautizarse, ¡lo cual nos pareció muy bueno!
Después de eso, todos se quedaron por un tiempo y cantamos, reímos y tomamos café.
Todos los creyentes que fueron bautizados no cesaban de decir cuán felices y alegres se sentían –algo totalmente diferente de cualquiera de los ritos sin sentido o los ejercicios religiosos que habían practicado en el pasado, en medio de una atmósfera sombría, pesada y pavorosa. ¡Alabado sea Dios¡
¡De modo que ese fue el primer bautismo de los akolets! ¡Alabado sea Dios!
Por favor, oren por estos creyentes preciosos ya que ellos han sufrido burlas y discriminación por causa de su valiente decisión de ser bautizados.