¿Cuándo una “mala palabra” no es una mala palabra? Cuando vemos otra cultura con nuestros ojos.
En la cultura moi si uno quiere comenzar una gran pelea —aquella que se hace con garrotes, arcos, flechas, gritos y maldiciones—, puede hacerlo con una sola palabra; basta con empezar a gritar el apellido de alguien.
“En el idioma moi, la palabra impronunciable e incendiaria es el apellido de la familia. Es un asunto muy serio”, informó el misionero Stephen Crockett.
Es posible que nos cueste entender esto. En la cultura occidental, nos gustan nuestros apellidos, es más, nos sentimos orgullosos de ellos; pero no es así con los mois. Si uno empieza a gritar al viento el nombre de una familia, habrá cometido un grave error y dará inicio a una gran pelea.
Recientemente, un hombre comenzó a gritar y a maldecir a Ketaya, un maestro bíblico. Al poco tiempo, incluyó el nombre de la familia en su diatriba. Cuando Ketaya oyó el nombre de su familia, reaccionó; tomó su arco y salió furioso al patio, dispuesto a matar al ofensor. Estaba dominado por la ira. Fue necesaria la intervención de cinco hombres para detenerlo y evitar que hiciera daño. En medio de su ira intensa se desprendió de los hombres y se marchó a la selva a calmarse.
Fue algo malo —especialmente viniendo de un maestro bíblico. Ketaya reaccionó en la carne, lo normal para un joven de su cultura.
Después de semejante arrebato de ira, Ketaya tuvo que derramar lágrimas de remordimiento. “¿Cuándo se había visto llorar a un guerrero, y cuándo se había visto a un hombre moi inclinar su cabeza con vergüenza?” comenta Stephen.
Ketaya cometió este error porque su cultura tenía una gran influencia en él. Pero el Evangelio de amor está cambiando sus viejas costumbres, informa Stephen.
“Tengo que confesar algo –creo que este hecho también me está afectando a mí”, comenta Stephen. “La semana pasada, en el servicio de nuestra iglesia, se me hizo un nudo en la garganta y lloré mientras oía a este joven moi predicar de Efesios 3 acerca del amor de Dios –en una manera que nunca había oído”.
Oren por el crecimiento de la iglesia moi y para que los creyentes permitan que la Biblia forme sus vidas.
Oren asimismo por Stephen y Carolyn Crockett, y Rich y Karen Brown mientras imparten el discipulado y enseñan a los creyentes mois y ministran en sus vidas.