Tim y Kat Warner van a regresar a Mozambique con una meta para su segundo período de servicio. Ellos quieren completar oficialmente sus estudios de cultura e idioma.
Kat dice que les anima saber que Tim está muy cerca de alcanzar esta meta, y ella no está lejos de él.
Ellos ya están orando mucho por lo que viene a continuación para su familia; deseosos de descubrir cuál es el ministerio de largo plazo que Dios tiene reservado para ellos.
Su primer período de servicio estuvo muy ocupado dirigiendo pequeños grupos de estudio bíblico, impartiendo el discipulado de persona a persona a los hijos de los misioneros y el liderazgo juvenil.
Tim también participó en los partidos de fútbol de la comunidad. Kat dice que establecieron como prioridad el fomentar amistades mientras se involucraban con la gente en diversas maneras.
Al concluir su primer período de servicio, los Warner se dieron cuenta de que necesitaban un tiempo de descanso y reflexión. Kat también estaba esperando su segundo hijo en ese entonces.
Cuando su hija Kira tenía tres meses de nacida, tuvo un accidente escalofriante al caer del balcón de un segundo piso.
Kat comparte el impacto y el terror que vivieron en ese momento: “La niña fue llevada en avión hasta el Hospital de Niños y allí pasó los siguientes cinco días en la unidad de cuidados intensivos. Ella se fracturó muchos huesos, recibió una transfusión de sangre y sufrió muchos traumas, pero gracias a la poderosa y misericordiosa mano de Dios, ahora tiene diez meses de edad y goza de perfecta salud”.
Este tiempo de prueba retrasó emocional y financieramente a Tim y Kat y postergó sus planes de regresar a Mozambique.
“Dios nos bendijo con un pastor formidable, el cual nos aconsejó mucho en medio de nuestras duras experiencias”, comenta Kat, “y ahora creemos que estamos listos para regresar”.
Ella dice que sus corazones se pueden cargar de temor por el futuro desconocido y por dejar una vez más las comodidades y la seguridad del país, la familia y los amigos. Ella cuenta que la lectura de la historia del evangelio de Marcos acerca de Jesús calmando la tormenta ha sido de gran bendición para ellos en momentos de incertidumbre y perplejidad.
Kat comparte honestamente que a veces sus corazones se preguntan: “¿Dónde vamos a vivir? ¿Será un lugar seguro? ¿Los hijos irán a estar bien? ¿Cómo vamos a conseguir las cosas que necesitemos?”.
Y entonces los versículos del capítulo 4 de Marcos y el recuerdo de Cristo calmando la tormenta les aseguran: “¿Por qué tienen temor? ¿Aún no tienen fe? ¿Acaso no experimentaste que Yo hice crecer perfectamente a tu hija en tu útero? ¿Acaso no presenciaste que Yo amortigüé su caída y la sané con Mi poderosa mano –contra todos los pronósticos?”.
“Si conocemos a Cristo”, comenta Kat, “podemos confiar en Él. Todavía vamos a tener momentos de duda, temor, debilidad e incredulidad… Pero vamos a regresar a África interesados y esperanzados en lo que Dios va a hacer a continuación, en nosotros y a través de nosotros… porque Él sigue dándonos seguridad de que Él es digno de confianza”.