Tres maestros bíblicos de la etnia manam han estado enseñando a los creyentes de una isla remota de la costa de Papúa Nueva Guinea, pero ahora sienten que necesitan la ayuda de los misioneros para entender algunos de los pasajes más difíciles.
James, uno de los maestros bíblicos, le hizo una pregunta perspicaz al misionero Matt Hamb: “El libro de Romanos es difícil, y si no lo entiendo debo dejar de enseñar, ¿verdad?”.
Con frecuencia James se ha referido al eunuco etíope de Hechos 8, quien dijo que no podía entender las Escrituras sin ayuda. Ahora él ve que necesita ayuda.
Los misioneros Matt y Christine Hamb asumieron el reto de ayudar a los maestros bíblicos manames para que expliquen claramente las Escrituras a los creyentes.
Poco después de presentar el Evangelio, dos familias misioneras tuvieron que regresar a su país de origen. Sin el discipulado y la guía necesarios, la iglesia se vino a pique. Ahora que los Hamb están ayudando a los maestros bíblicos a comprender las Escrituras, la iglesia está comenzando a estabilizarse. Tan pronto alcance Matt la fluidez en el idioma, empezará a alfabetizar y a desarrollar lecciones bíblicas para los maestros manames.
Recientemente, un grupo de maestros bíblicos de otra iglesia tribal plantada por la Misión Nuevas Tribus desafió los agitados mares para ir a ayudar a los misioneros a enseñar el libro de Hechos por primera vez.
“Uno de los más grandes ánimos ha sido ver la fe de estos tres líderes de la iglesia”, informó Matt. “Dios ha sido fiel en sus vidas, especialmente en James, quien se ha convertido en un verdadero pastor. Con muy poca enseñanza y discipulado, ellos han permanecido firmes en la fe y desean conocer a Dios y Su Palabra y humildemente piden ayuda cuando ven su necesidad”.
Aunque Matt y Christine están enseñando fielmente a la gente manam, están enfrentando algunas luchas muy serias. Hay un volcán activo que hizo erupción en 2004 y obligó a evacuar a casi toda la población de 10.000 habitantes. Ahora han regresado 2.000 personas pero las cenizas continúan cayendo y están dañando árboles y huertos. En algunas zonas continúa saliendo lava.
“Probablemente nuestra lucha más grande a nivel personal es estar tan lejos de nuestro hijo que se graduó el año pasado y ahora está en Estados Unidos”, comentó Matt. “Aún tenemos una hija aquí en Papúa Nueva Guinea, pero nuestra familia parece incompleta sin nuestro hijo”.
Oren por Matt y Christine, quienes están enfrentando una de las luchas comunes a muchos misioneros. Es uno de los sacrificios que Matt y Christine están haciendo para ayudar a establecer la iglesia manam.
Oren también para que los manames continúen fortaleciéndose en el Señor y para que la iglesia se una como una familia de creyentes y evangelicen a otros.