El misionero Lourens Laureti comparte una carta de la iglesia de los méngenes.
“Uno de los retos más grandes que enfrenta un misionero es convertirse en una persona con acceso a información privilegiada de la cultura y llegar a ser un amigo muy, muy íntimo de la gente”, comenta el misionero Lourens Laureti.
Entonces imaginen el gozo y la bendición cuando un día llegó un hombre mengen a la casa en la selva donde vive Lourens con su familia y le entregó una carta de la iglesia mengen. La carta había sido escrita por él y estaba firmada por representantes de la iglesia y la aldea.
Lourens informa: “Ellos insistían en que debía traducirla y enviarla a todas las personas que nos apoyan”; estos son los pensamientos de esos corazones méngenes:
Quisiéramos comunicarles a todas las personas de la Misión Nuevas Tribus que a nosotros nos gustaría que este misionero, Lourens Laureti, se quede con nosotros hasta que muera.
Nos gustaría por las siguientes razones:
-Él nos ha enseñado de Dios y Su Palabra y muchas personas de nuestra aldea han llegado a la fe.
-Él tiene un buen carácter y nos enseña de Dios y Sus caminos.
Este es el anuncio que queríamos hacer.
Lourens se siente muy honrado por este reconocimiento. El amor y la confianza de la gente mengen han sido de gran prioridad en su ministerio. Él dice: “Queremos que los creyentes confíen en nosotros y nos amen como sus pastores hasta que ellos mismos estén bien establecidos”.
Lourens informa que también está muy consciente del gran valor de aquellas personas que lo respaldan como copartícipes en la tarea de llevar el Evangelio a la gente mengen. Cuando él ve los vínculos estrechos que se están desarrollando, por los cuales ha orado y trabajado tan duro, piensa en los muchos cristianos que lo respaldan en oración y financieramente.
“Gracias por hacer posible que demos nuestras vidas en servicio a Dios”, agrega Lourens; “¡es un gran privilegio!”.
Oren por la continua bendición de Dios sobre la familia Laureti mientras viven con y aman a la gente mengen. Oren para que Dios continúe atrayendo a muchos méngenes a Cristo. Oren por Su protección sobre los creyentes de esta etnia y para que sus vidas lleven mucho fruto a medida que crecen hasta llegar a ser maduros y estables para la gloria de Dios.