Lourens Laureti dice que su amigo Kamalus le dijo algo bastante profundo una mañana.
Kamalus ayuda a Lourens a revisar el idioma mengen empleado en las lecciones bíblicas que él está traduciendo. Y Kamalus comparte una nueva perspectiva sobre una verdad antigua.
Como sucede a menudo con la Palabra de Dios, trajo una fuerte convicción al corazón de Kamalus. “Nuestros cuerpos necesitan comida para poder trabajar y ser fuertes”, le dijo Kamalus a Lourens, “pero ahora veo que nuestros espíritus tienen una necesidad semejante”.
Lourens comparte: “Él dijo que ya por un largo tiempo ha estado siendo negligente con el estudio de la Palabra de Dios y que no termina los estudios bíblicos que le estamos dando. Y a pesar de que ha estado asistiendo a nuestras reuniones y estudios bíblicos, no ha estado dejando que penetren en su corazón como antes. Por lo tanto, ha experimentado que el gozo y la paz que tanto apreciaba han disminuido. También dijo que experimentó la realidad de que el pecado se estaba volviendo más evidente en su vida. Dijo que tenía menos fuerza para resistir y vencer el mal”.
Lourens se regocija al ver que el Espíritu Santo está obrando en Kamalus, convenciéndole de que necesita alimento para su espíritu.
“Él necesita volver a estudiar la Palabra de Dios, terminar los estudios bíblicos, reunirse con los creyentes y compartir de corazón. Él sabe que a medida que la Palabra de Dios alimente su espíritu, experimentará gozo y paz; y sabe que mientras dependa de la ayuda de Dios, vivirá victoriosamente”.
Lourens añade: “Lo más asombroso es que tan pronto Kamalus cayó en la cuenta de todo esto, lo compartió con su esposa, Sepin. ¡Y ella le dijo en seguida que iba a orar por él!”.
El corazón de Lourens rebosa de gozo y agradecimiento al ver el crecimiento de Kamalus y cómo éste afecta su vida, su testimonio y sus relaciones interpersonales.
“Mientras escribo esto, no puedo evitar llorar de gozo”, informa Lourens. “Estoy viendo a un hombre mengen siendo conformado a la imagen de Cristo. Estoy viendo cómo se vuelve sensible a la enseñanza del Espíritu Santo que mora en nosotros”.
“Alégrense conmigo”, nos insta Lourens. “Dios está alcanzando a los no alcanzados aquí en el valle Mengen y sus oraciones y apoyo están haciendo una diferencia”.
Oren por Lourens y Marie Laureti y su familia mientras viven con y llegan a amar a la gente mengen. Pidamos a Dios que continúe bendiciendo Su Palabra y la haga poderosa —a medida que es traducida, cuando se lea y se estudie, y cuando se viva a diario en un testimonio significativo para otros y para Su honra y gloria eternas.