La misionera Casey Cretsinger comparte el doble gozo de mellizos en una cultura donde dos bebés rara vez sobreviven.
Casey Cretsinger nunca olvidará el día en que Fatou le trajo dos mellizos pequeñitos a su casa.
“Ambos estaban esqueléticos. Yo supuse que eran recién nacidos. Cuando Fatou me dijo que ya tenían dos meses de edad, sinceramente no pude creerlo”.
Casey no estaba completamente segura de que los frágiles mellizos sobrevivirían. Y para empeorar las cosas, su madre, Fatou, estaba desnutrida, enferma y padeciendo insomnio.
“Se decidió que los tres se mudarían a la aldea donde nosotros vivimos, a fin de que yo pudiera echarles un ojo”, comparte Casey. “Empezamos a darle a Fatou una dieta rica en calorías para que recobrara sus fuerzas y para ver si podría producir algo de leche para los bebés. Yo les enseñé a varias mujeres de la aldea cómo limpiar biberones, preparar leche y alimentar a los bebés, y cómo sacarles los gases”.
Éstos fueron conceptos totalmente nuevos para las mujeres de la aldea. Pero las oraciones de Casey fueron respondidas y su plan funcionó maravillosamente. Asombrosamente, los diminutos y débiles mellizos comenzaron a crecer fuertes y sanos. “Cada vez que yo estaba allí”, comenta Casey, “alababa a Dios por estar restaurando la salud de los bebés y de la madre”.
En esta cultura, agrega Casey, ambos mellizos normalmente no sobreviven. Trágicamente y con frecuencia, uno de ellos es matado por causa de las creencias culturales en los espíritus malignos.
Pero Fatou insistía en que ella debía conservar a ambos mellizos. Ella sentía que Dios le decía que debía regresar y pedirle a Casey que le ayudara a salvarlos.
“Me siento muy bendecida de haber tenido una pequeña parte en sus vidas”, comenta con regocijo Casey. “Los bebés ya están a punto de cumplir un año; ¡y son encantadores! ¡Y muy sanos!”.
Casey añade: “Somos bendecidos por Dios por haber traído estos dulces bebés a nuestras vidas. Me encanta cargarlos y que me llamen ‘Mamá’, ya que nosotros salvamos sus vidas. Qué precioso es eso; gracias, Dios, por permitirnos ser usados en esta manera”.
Por favor, oren por Stephen y Casey Cretsinger mientras desarrollan amistades y acogen la gente de la aldea donde ellos viven y ministran en Guinea. Oren para que la gracia y el amor de Dios continúen fluyendo a través de sus vidas a la gente de la aldea y para que el Evangelio penetre en una cultura que necesita con urgencia Su verdad.