El día largamente esperado finalmente llegó. Los misioneros a Paraguay, Jamie y Char Hunt, asistieron a una ceremonia nupcial. La joven pareja planeó una boda con una mezcla de su propia cultura y el estilo occidental, lo cual requirió de meses de planeación y un costo considerable.
Los asistentes a la boda cantaron mientras la novia caminaba por el pasillo; un joven “cargador de la torta” encabezaba el cortejo. En muchas maneras, la boda fue similar a muchas otras bodas a las que ellos habían asistido.
Luego llegó el momento de los votos.
“¿Tú, (la novia), lo tomas (al novio) para ser tu esposo? ¿Prometes cocinar para él y lavar su ropa… hasta que la muerte los separe?”.
La novia respondió tímidamente: “Lo prometo”.
“¿Y tú, (el novio), la tomas (a la novia) para ser tu esposa? ¿Prometes comprarle jabón para que ella pueda lavar tu ropa, comida para que pueda cocinar para ti, y comprarle una falda si llegare a necesitar una… hasta que la muerte los separe?”.
El novio respondió: “Lo prometo”.
Luego: “Estreche la mano de la novia. Los declaro marido y mujer”. Y en este momento, comentan los Hunt, la pareja se estrechó las manos y felizmente se volvió para recibir los parabienes.
Los Hunt informan que su reacción inicial fue “un poco de estupefacción”. Pasmados, ellos pensaron: “¿Cómo puede ser? La esposa promete una vida de dura labor manual y el hombre sólo promete asegurarse de que ella tenga lo que necesita para realizar esas tareas agobiantes… con una falda ocasional para suavizar el trato”. Para Jamie y Char, parecía que la balanza estaba bastante inclinada en favor del novio.
Pero luego revaluaron. Tenían que tomar en cuenta un factor muy grande, la cultura. Y a la luz del marco cultural, los votos comenzaron a tener mucho sentido.
La gente de la región respeta mucho a una mujer joven que exhiba su ropa limpia colgada en su patio. Si un esposo joven se ve obligado a llevar su ropa sucia donde su suegra, la esposa de éste será objeto de burlas. Con el campo de la cocina sucede lo mismo; una esposa joven está muy presente en el pensamiento de su esposo si el estómago de él siempre está satisfecho. Esto significa que ella siempre tiene listas sus comidas cuando él vuelve a casa después de trabajar en los campos.
Los Hunt comparten: “Cuando el esposo joven promete proveer jabón y comida para su esposa, está asegurando que ella será aceptada y elogiada entre su gente, evitando así que sufra gran vergüenza; en la cultura de ellos, esto sería verdadero amor”.
Jamie y Char observan: Sería muy fácil sacar falsas conclusiones respecto a la novia y el novio si no se toman en cuenta sus votos a la luz de la cosmovisión tribal y el sistema de valores.
“Tristemente”, informan ellos, “algo muy similar ha ocurrido en la vida espiritual de muchas personas del sitio. Ellos han sacado conclusiones equivocadas y falsas acerca de su Salvador debido a que tienen vacíos en su entendimiento respecto al carácter de Dios y Sus promesas para Su Novia. Muchos están tratando de ganar el favor de Dios mediante la demostración externa de diferentes ‘obras cristianas’ con la esperanza de lograr buena salud, prosperidad y aun la salvación”.
Oren para que Dios continúe equipando a Jamie y Char Hunt con una comprensión profunda de la cultura y el idioma de la tribu. Oren para que Él los habilite para ayudar a sus amigos de la región a ver a Jesús, el Novio, como Él realmente es; y para comprender el profundo amor que Él tiene por ellos.