Traten de imaginar cómo se sentiría uno al leer y escribir su propio idioma por primera vez siendo ya adulto. La semana pasada, un grupo de 20 hombres y mujeres de la etnia biem terminaron el segundo curso de alfabetización; el resultante sentimiento de realización era evidente.
Y ahora el idioma que han hablado durante toda su vida adquiere dimensiones y posibilidades totalmente nuevas.
El misionero Brandon Buser informa: “Una de sus mayores satisfacciones es cuando tienen la oportunidad de leer sus libros fuera del tiempo de clases en frente de sus familias; la oportunidad de ‘alardear’ es extremadamente atractiva”. Brandon agrega que este tipo de “presunción” también es una herramienta eficaz para reclutar a futuros estudiantes; parece que nadie quiere ser excluido.
El curso de alfabetización es un sitio lógico y estratégico para comenzar. Y ahora los preparativos para compartir el Evangelio pueden avanzar. Brandon comenta: “La traducción de la Biblia es una tarea inmensa, pero somos bendecidos al tener un grupo grande de chicos biemes que pueden ayudar con esto”.
Gran parte del tiempo de ellos, informa Brandon, lo pasan con la gente, desarrollando no sólo amistades sino también sus destrezas con el idioma. Habiendo estudiado durante varios años la cultura y el idioma, ahora saben cómo explorar palabras concretas en tiempo pasado y pueden ahondar en temas más abstractos.
Brandon comparte: “Esos tiempos son fascinantes porque podemos conocer sus puntos de vista sobre la vida, la muerte y lo que pasa después de la muerte (a lo cual la respuesta abrumadora es ‘No tengo idea’). Es fantástico poder decirles que hay Alguien que sabe estas respuestas. La mayoría de estas conversaciones terminan con muchas personas entusiastas diciendo que están ansiosas porque el curso bíblico comience”.
Oren para que Dios continúe creando una sed en el corazón de los biemes por Su Palabra. Oren para que el curso de alfabetización prepare a los participantes para oír y leer las buenas nuevas acerca del plan de Dios para la redención y la reconciliación. Oren para que Dios obre poderosamente entre las 2000 personas de la etnia bien, llevándoles con poder a la fe y la esperanza eterna en Cristo.