Los misioneros Chris y Maggie Hostetter están aprendiendo la cultura y el idioma de la gente pal de Papúa Nueva Guinea.
“Hemos disfrutado nuestras primeras semanas en nuestro nuevo trabajo tribal, pero a veces siento que lo único que puedo conseguir es una cara de perplejidad y desconcierto mientras trato de procesar todo”, informó Maggie.
Ellos se unieron a un equipo de misioneros existente y están agradecidos por la ayuda y la guía de aquellos que ya han transitado esta senda. Chris y Maggie tienen cuatro hijos cuyas edades oscilan entre uno y seis años. Por eso Maggie dice que “el sentimiento predominante es cansancio”.
No obstante, sus hijos también son un verdadero recurso para el aprendizaje del idioma. Maisie, su hija de dos años, trata de incluir a todos los niños pales en su juego basado en la canción infantil “Ring around the rosie”. A Bailey Joy, de un año de edad, le encanta saludar de mano a todos los que están a su alrededor. Estas niñas pequeñas, deseosas de formar parte de la gente pal, ciertamente crean un ambiente relajado para cualquier intento de aprender el idioma que hacen sus padres.
“Nuestros planes para el futuro inmediato son aprender rápido el idioma y terminar de construir nuestra casa en octubre. Estamos viviendo en la casa de nuestros coobreros mientras ellos están en Estados Unidos, y ellos regresan en el otoño, de manera que estamos trabajando en contra del tiempo”, comentó Maggie. Así que Chris, Maggie y sus cuatro hijos están tratando de adaptarse a la cultura pal y aprender a comunicarse tan rápido como sea posible.
Su esperanza es que después de aprender la cultura y el idioma podrán participar con el equipo en la traducción de la Biblia y en el desarrollo de lecciones bíblicas de Fundamentos Firmes.
Chris estaba ayudando a un grupo de hombres de otra aldea que estaban limpiando el terreno donde será construida su casa. Después del descanso del almuerzo, varios hombres se sentaron con él y le ayudaron a aprender su lengua. Él ha desarrollado un método excelente para aprender idioma; él memoriza frases de mandatos –diez a la vez– y luego le pide a un hablante nativo que le dé los mandatos y vea si puede entenderlos. Él los escribe para poder practicarlos más tarde con otros pales.
Maggie menciona un problema que muchos de nosotros nunca consideramos: “Yo espero que Bailey se decida a comenzar a caminar pronto porque aquí hay mucho estiércol de cerdo en todas partes para que ella esté gateando afuera”.
“Nuestra esperanza es ver que cada persona que habla el idioma pal tenga la oportunidad de oír la enseñanza de la Palabra de Dios y sea llevada a la fe en Él. Esperamos hacer buenos amigos, y esperamos que sean transformados por el Espíritu de Dios en nuevas criaturas”, comentaron Chris y Maggie.