Ruth Patton dice que una de sus citas favoritas, de C.T. Studd, dice algo así: “Algunos quisieran vivir cerca del sonido de la campana de una capilla; yo quisiera dirigir una misión de rescate a una cuadra del infierno”.
Ruth Patton se denomina a sí misma como una “chica pueblerina”. Ella dice que fue criada en un pueblo “tipo Mayberry” [un pueblo ficticio de una comedia de televisión]. Y la cita de arriba es una inspiración y un recordatorio para ella, porque lo cierto es que, Ruth, en su interior, humanamente hablando, preferiría vivir cerca del sonido de la campana de una capilla.
Pero Dios ha establecido a Ruth y a su esposo, Charlie, en un lugar muy distante de las campanas de la capilla de Mayberry. Por Su gracia, Dios los ha plantado en el centro de una ciudad cálida y húmeda de Brasil. Es una ciudad, comenta Ruth, que “se yergue en medio de una vasta extensión de selva en la ribera de un río famoso donde una vez solamente existían el animismo y el ocultismo entre las comunidades tribales”. Y a veces, confiesa Ruth, se siente como que uno está viviendo a una cuadra del infierno.
“Al parecer el Señor quería enseñarme una vida donde la teoría se convierte en una bendita realidad. Él ha unido mi vida con las vidas de unos pocos portadores de la luz en una tierra que es verdaderamente muy tenebrosa. Es imposible sondear la extensión del mal que está fuertemente entretejido y anudado en semejante paisaje”, informa Ruth.
Sin embargo, Ruth sabe que ella está allí porque Dios lo ha orquestado. Y ella ora para que el Espíritu Santo de Dios sea tan visible en su vida que ella sea usada para influir la gente perdida hacia Su reino. “A veces, sin embargo, debo confesar que yo me enfoco en el tamaño de mi parpadeante llama y olvido ver el fulgurante y penetrante poder de Jesucristo, quien es la Luz del mundo”.
Ruth dice que es peligroso concentrarse en sus limitaciones. Es peligroso considerar si vale la pena añorar tanto a sus hijos y nietos —las alegrías de las festividades y las comodidades de la criatura. Ruth dice que cuando ella se enfoca en su propia fuerza y capacidad, fácilmente se desanima ante la extensión con que Satanás ha cautivado la ciudad alrededor de ella con espiritismo, licor, drogas, prostitución, abuso, inmoralidad, materialismo y la prominencia del “evangelio de la prosperidad” entre los que dicen ser evangélicos.
Ella concluye con las palabras del salmista: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes”.
“Yo recuerdo que no es un asunto de mi frágil yo contra los poderes de las tinieblas a mi alrededor. Esta es Su obra, estas son Sus batallas. El resultado final ya ha sido determinado”, afirma Ruth.
Ruth es animada a recordar que Dios está haciendo Su fiel trabajo. A pesar de que muchos cristianos están desgastados por la batalla, hay iglesias que están alcanzando a los perdidos. En algunos círculos hay una nueva conciencia y un interés hacia los grupos étnicos no alcanzados en las vastas latitudes de Brasil. Algunas iglesias evangélicas están creciendo espiritualmente y en su discernimiento.
Ruth informa: “Aunque vivir aquí me hace anhelar el cielo… o al menos a Mayberry… algo dentro de mí me ha dado esperanza, propósito, y nuevas fuerzas cuando las mías están agotadas, e incluso gozo en medio de las realidades desagradables; yo tengo esto cuando mi enfoque está en Jesucristo”.
“Ojalá que yo siempre tenga suficiente discernimiento”, agrega Ruth, “para sorprenderme a mí misma cuando me enfoque en mis limitaciones y no en nuestro grande y formidable Dios… nada es imposible con Él”.