Para la familia Castelijn, su propiedad más importante en lo profundo de las selvas filipinas es su pista aérea.
El piloto misionero sólo tarda 20 minutos para llevarlos a la aldea banwaón donde ellos viven, en contraste con los dos días agotadores de viaje a pie desde la casa de huéspedes.
Albert y Lynne actualmente están tomando un año sabático, pero Albert recibió recientemente una serie de correos electrónicos inquietante de los pilotos de las Filipinas.
Albert necesitaba regresar a su casa en la selva para facilitar la reparación de la pista aérea. Es una necesidad inmediata y el monstruo de lo imposible asomó su espeluznante cabeza. Los Castelijn no sabían exactamente cómo se podría llevar a cabo esa tarea. Tendrían que tener docenas de palas y otras herramientas para que los aldeanos pudieran reparar la pista a mano.
“El grado al cual la pista aérea parecía haberse deteriorado y el volumen total de trabajo necesario para repararla [eran abrumadores]”, comentó Lynne. “Nuestro piloto dijo que lo mejor que se podía hacer era llevar una niveladora o un bulldozer, y que también sería magnífico echar tanta gravilla como fuera posible”.
“Pero escuchamos que en estos días aun las motocicletas tienen problemas para transitar, y el costo de alquilar una motocicleta para subir casi se ha duplicado desde la última vez que estuvimos allí”.
Albert también necesita una manera de llevar víveres frescos y necesitará preparar sus propias comidas aun en esas condiciones difíciles.
Finalmente, la pareja se preguntaba cómo podrían pagar todo –un pasaje de avión, herramientas y materiales, víveres, costos de transporte–, todo esto parecía imposible.
Pero Dios siempre es fiel. En el mismo momento en que ellos comenzaron a darse cuenta de todo lo que necesitaban, Dios puso en el corazón de alguien que les entregara un sobre con el dinero suficiente para comprar el pasaje aéreo. Ellos fueron retados a creer que Dios supliría todas sus necesidades.
Oren por Albert mientras hace este viaje de vuelta a su casa en la aldea. Oren para que él pueda ver reparada la pista que es tan vital para su ministerio con la gente banwaón.