La campana de la aldea sonó lentamente tres veces.
“Nosotros la llamamos la campana de la muerte”, informó Melissa Jackson, quien trabaja con su esposo, Jonathan, entre la gente siar. “Tengo un sentimiento de desazón en mis entrañas mientras tratamos de averiguar qué sucedió. En esta ocasión fue una niña de cuatro meses la que murió”.
La niña había estado enferma durante una semana. Sus padres la llevaron al médico pero no mejoró.
“Ver a la madre tendida sobre el pequeño ataúd es desgarrador”, comentó Melissa.
La buena noticia es que el hombre que dirigió el funeral es creyente.
“Fue bueno que él usó esto como una oportunidad para presentar el mensaje del Evangelio”, informó Melissa. “Hubo muchas personas en el funeral que no asisten a la enseñanza”, y tuvieron la oportunidad de escuchar esa tarde.
Jonathan se está preparando para traducir más de la Palabra de Dios al idioma siar, y junto con dos hombres siares participará en un taller de traducción el próximo mes. También en el próximo mes, el coobrero de Jonathan, Chris Lujan, comenzará a enseñar a los creyentes siares el libro de Hechos, y Jonathan supervisará un nuevo curso para enseñar a más siares a leer y escribir en su propio idioma.
Oremos para que la Palabra de Dios continúe haciendo un impacto en la gente siar.