El segundo año de ministerio de la maestra Tiffany Manning ha sido muy diferente de su primer año en Papúa Nueva Guinea.
El año pasado ella enseñó en el Colegio Malango a los hijos de los misioneros. En este año, sin embargo, el colegio tuvo que ser cerrado por escasez de maestros, y los padres están ayudando a Tiffany y a otros maestros en un esfuerzo cooperativo de enseñanza por correspondencia para los hijos de los misioneros.
El colegio comenzó hace un mes, y aunque “la primera semana fue bastante dura”, informó Tiffany, las cosas se normalizaron rápidamente. Pero su horario y responsabilidades aún son muy exigentes.
“Todas las mañanas estoy trabajando durante una hora con un niño de primer grado en lectura y escritura, luego ayudo con matemáticas a tres estudiantes de los grados 3, 4, y 5, luego lenguaje con seis chicos de los grados 3-6. Ese es mi horario diario; y tres veces a la semana, en las tardes, tengo a los mismos seis estudiantes para ciencias y estudios sociales para los grados 3-6”.
Una de las preocupaciones de Tiffany es tener equilibrio en el tiempo que dedica a todos los estudiantes, “tratando de no agobiar a mi alumno de tercer grado, pero al mismo tiempo mantener desafiados a los estudiantes de sexto”.
Ella esperó un poco para empezar a enseñar materias extracurriculares, y ha podido incluir ballet. Le gustaría enseñar piano también.
Oremos para que Tiffany pueda tener equilibrio en su horario y ser de bendición a los estudiantes y a sus padres misioneros.