Linda Krieg es un ejemplo extraordinario de cómo Dios puede dar forma a la vida de un creyente común para alcanzar indígenas con el Evangelio.
Después que Linda enviudó, ingresó al centro de capacitación de NTM y ella y su hija Christy fueron a la tribu siawi en 1986. Durante los próximos veinticinco años Linda ministró a los siawis, los misioneros le enseñaron a la gente de esta tribu las lecciones bíblicas de Fundamentos Firmes y nació una iglesia.
Cuando Linda llegó a la edad de retiro sintió que era tiempo de salir. Su cuerpo le fallaba y sus fuerzas estaban menguando, y todos sus compañeros misioneros habían salido por motivos de salud, pero Dios le mostró, sin lugar a dudas, que no era Su tiempo para que ella saliera.
La iglesia siawi estaba bien establecida pero aún necesitaba la Palabra de Dios en su idioma, entonces Linda se quedó sola en la tribu y trabajó para terminar la traducción del Nuevo Testamento en idioma siawi, hábilmente ayudada por un grupo de creyentes siawis. Ella pasó dos años y medio trabajando en la traducción, y a la edad de 66 Dios la dirigió a seguir trabajando en este proyecto.
“Para mí, ha sido una tremenda bendición ver que realmente era el tiempo del Señor para que yo saliera”, comentó Linda. “Uno tiene que reconocer que en aquellos últimos cuatro años en Siawi, siendo una mujer que ya había pasado de la edad de retiro, y que viví sola los últimos dieciocho meses, en una casa y un cuerpo decrépitos —no podía evitar sentir sino que ya era tiempo“.
“Pero el Señor dejó en claro que no era Su tiempo, y Él hizo lo imposible, y mantuvo todas las cosas en pie y funcionando durante esos últimos meses. Pude ver a la gente siawi entregándose a la obra, asumiendo toda la responsabilidad, no sólo de la iglesia sino de mí, asegurándose de hacer todo lo que podían para aliviar las presiones sobre mis deteriorados sistemas”.
Sus achaques y dolores y su incapacidad para hacer lo que solía hacer, le mostraron a la gente siawi que los misioneros son personas normales, facultados por un Dios extraordinario. Su ayudante de traducción, Nokee, cuidaba de ella como si fuera de su familia. Los ancianos de la iglesia siawi establecieron como prioridad suplir las necesidades de Linda.
Los misioneros Jason y Shannon Swanson, antiguos coobreros de Linda, se han establecido de nuevo en Papúa Nueva Guinea y están involucrados en un ministerio que les permitirá hacer algunos viajes a la aldea siawi para animar y fortalecer la iglesia. Con la compra de un radio de onda corta, Jason tendrá un contacto permanente con los creyentes siawis.
“Aunque yo sabía, humanamente hablando”, comenta Linda, “que no podía continuar sola, Dios hizo evidente que eso es lo que Él tenía para mí –y me brindó ayuda y apoyo a través de algunos colegas, misioneros de apoyo y los que trabajan en una tribu vecina; gracias a ellos, el trabajo no decayó en Siawi. Cuando yo le decía a Dios: ‘No puedo seguir haciendo esto’; Él respondía: ‘No, pero yo sí puedo’. ¡Y lo hizo!”.
“Con gozo voy a pasar a la siguiente etapa de mi vida, acercándome al día en que pueda retirarme por completo”, informa Linda; “estoy cansada y sé que es tiempo. Cuando tenga impreso el Nuevo Testamento en idioma siawi y se los lleve a ellos, finalmente podré acomodarme y dedicarme a sólo descansar (aunque nadie parece creerme cuando digo que ésa es mi meta)”.
Durante su tiempo de descanso, Linda se propone trabajar en la ortografía y la gramática de los libros de las lecciones bíblicas y rehacer las cartillas en siawi para incluir nuevas recomendaciones para el proceso de alfabetizar. Ella no parece haber aprendido bien el concepto de descansar.
Por favor, oren por Linda mientras continúa trabajando en el Nuevo Testamento en siawi. Oren para que pueda llevar pronto un Nuevo Testamento completo a la iglesia siawi a fin de que ellos puedan leer por sí mismos la Palabra de Dios.