Un grupo de una iglesia adaptó sus planes cuando su visita a la tribu simbarí no salió como había sido planeada.
Un grupo de trabajo de la Iglesia Bautista de la Gracia de Santa Clarita, California, visitó a los misioneros que trabajan con la gente de la etnia simbari de Papúa Nueva Guinea. Esta iglesia está apoyando a Dave y Shari Ogg en el ministerio con los simbaris.
Uno de los propósitos de la visita de este grupo a la tribu era trabajar en la pista aérea y hacer algunos trabajos de pintura y mantenimiento necesarios. Sin embargo, el propósito principal era animar y alborozar a los misioneros y también a los creyentes simbaris.
Las lluvias incesantes imposibilitaron el trabajo en la pista y la labor de pintura. Entonces, este grupo innovador de buena gana cambió sus planes y acordó hacer zanjas en el barro para poner la cañería para la casa de la misionera Lori Morley. Otros trabajaron en varios proyectos de construcción para el ministerio de alfabetización de los simbaris. Las damas trabajaron reparando los libritos de los dibujos cronológicos.
“A los niños de los creyentes simbaris les encanta cargarlos y usarlos como sus biblias”, informó Lori. “Aunque estos pequeños no saben leer, muchos de ellos son capaces de mirar los dibujos y contar la historia bíblica correspondiente”.
Varios integrantes del grupo habían visitado la tribu anteriormente. “El líder de ellos, Charlie, ha estado allí al menos cuatro veces, comentó Lori, “Él tiene mucho talento para la música y toca la guitarra. Le encanta sentarse con los creyentes y tocar la guitarra y cantar con ellos. También comenzó a tener clases de música con ellos en el lugar de reuniones, en una gran choza cercana, y allí les enseña algunas cosas para mejorar sus destrezas con la guitarra”.
Charlie escribió a la gente de Santa Clarita: “Hicimos un pequeño recorrido por el centro misionero regional. Este centro es importante porque es el eje de la red de apoyo a todo el funcionamiento de la Misión Nuevas Tribus en el país. El complejo tiene colegios para los hijos de los misioneros, edificios administrativos, una clínica médica y odontológica, casas para huéspedes, casas permanentes, dormitorios, una estación de servicio, una despensa, un centro de información tecnológica y una tienda de víveres, entre otras cosas.
“Todo esto es sorprendentemente esencial para la obra de plantar iglesias y traducir la Biblia en la tribu simbari. Yo espero que ya que los miembros de nuestro grupo han visto toda esta red de apoyo, se sientan desafiados a pensar en la posibilidad de ser parte de esto, o quizá de ser impulsores de la visión de este ministerio entre amigos, familiares y apoyadores cuando regresen a su país”.
Alabemos a Dios por el grupo de la Iglesia Bautista de la Gracia y por el trabajo que realizaron. Oremos para que sus integrantes se sientan desafiados a participar más en misiones indígenas.