26 de marzo, 2020
Al igual que mi amiga, quizá tengas un testimonio de que el Señor te salvó de una ‘rana’ aterradora. Una amiga nagi compartió el otro día que “anoche estaba oscuro y ¡había una rana debajo de mi casa! Antes, cuando escuchaba esa rana, me daba miedo que fuera un espíritu maligno; pero me dije a mí misma que eso ya no es cierto y hablé con Dios y pude dormir; ¡no tuve miedo de esa rana!”
Aunque los nagis no temen a LA MAYORÍA de las ranas, y de hecho comen una gran cantidad de ellas, no era el caso con esta. Esta rana croando debajo de la casa en medio de la noche, bueno, era una rana realmente aterradora porque ellos siempre han creído que realmente es un espíritu maligno. Ahuyenta la rana… y entonces tal vez estarás a salvo del espíritu maligno. Pero esta vez ella escogió cerrar sus ojos, orar e irse a dormir. Cuando ella contó esto, recordé que todos tenemos nuestras propias ‘ranas’ —pero solo hay Uno que verdaderamente puede calmar nuestros temores.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3
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