25 de junio, 2018
Unos días antes de que los miembros de nuestro equipo se fueran de Las Moras, Andrea me contó algo que había soñado. Los sueños son muy importantes para la gente nahuatlense, y a menudo ellos encuentran significados, señales o augurios en lo que ven mientras duermen. Andrea dijo que en el sueño ella y un puñado de otras personas estaban parados sobre un afloramiento rocoso, mirando hacia abajo. Muy debajo de ellos había un camino, y muchas personas estaban caminando cuesta abajo, alejándose de la roca en la que estaba Andrea. Ella y sus compañeros los llamaron: “¡Shiwál! ¡Shiwaláh!” Vengan; vengan, todos ustedes; pero los caminantes se negaron a prestar atención a los que los llamaban. Andrea dijo que tenía temor por ellos, porque sentía que el camino que habían tomado no era bueno, que estaban en peligro.
Cuando Andrea despertó, siguió reflexionando sobre el sueño. Cuando me lo contó, quería saber si yo pensaba que era cierto o no. Y aunque no hace falta ser un especialista en literatura para ver un simbolismo obvio, quería ser prudente para no decir algo que pudiera interpretarse como una declaración general de aprobación o desaprobación de sueños. En lugar de eso, le recordé a Andrea que Dios es el autor de la Verdad, y que Satanás es descrito como el Padre de Mentiras, en Nahuatl “el que miente continuamente”. Todo lo que pensamos, soñamos o sentimos, debe ser comparado con lo que Dios dice. Si “realmente coincide” con lo que Dios dice, es verdad, pero si tiene aunque sea un poco de mentira, debemos tener cuidado, porque recordamos que Satanás comenzó su conversación con Eva mezclando un poco de falsedad con la verdad.
Después de hablar un poco sobre estas cosas, Andrea dijo que ella cree que su sueño es verdad, porque coincide con lo que Dios dice que es verdad: que muchos no creen en él y no pueden ser salvos, a menos que lo hagan. Que están andando por un mal camino y que los que creen deben decirles: “Shiwál”: Vengan.
Nuestro equipo se encuentra actualmente fuera del pueblo, hasta principios de agosto. Fue difícil dejar la iglesia recién nacida en este punto del tiempo, pero confiamos que el mismo Espíritu Santo que nos llena, ayuda y anima, sostendrá a los creyentes de Las Moras. Y aunque anhelamos regresar y continuar evangelizando e impartiendo el discipulado, nos regocijamos de que el pueblo ya no esté en tinieblas y que la iglesia de allí sienta la carga de compartir la Luz.
Voy a concluir con un pensamiento más; en nuestra cultura occidental no damos mucho valor a los sueños, a menudo las visiones nocturnas extrañas se atribuyen al tipo de merienda que tomamos antes de acostarnos. Pero la conversación con Andrea me recordó que los pensamientos que surgen en mi mente mientras estoy despierta y las emociones que siento tienen que pasar por el mismo proceso de filtración que el sueño de mi amiga. Vivimos en una cultura que nos dice que debemos obedecer a nuestro corazón y que no podemos negar nuestros sentimientos. Pero solo porque algo sea real no significa que sea cierto. La Palabra nos desafía a llevar cautivo todo pensamiento hasta que resulte en obediencia. Debemos ser transformados mediante la renovación de lo que está en nuestra mente. Esa es mi oración de hoy por mi amiga Andrea, por los otros creyentes nuevos de Las Moras, y por mi propio andar: que mi mente aprenda a preseleccionar la verdad y que esta produzca la clase de vida que glorifique a Dios.
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