24 de abril, 2016
Un idioma exigente
Sandy West* dice que el idioma al que está traduciendo la Biblia es “muy específico”.
“Siempre debo saber exactamente cómo se veía algo, [o] exactamente cómo se hizo la acción”, comentó ella. Por ejemplo, ella no puede escribir simplemente que algo fue cortado; tiene que explicar cómo fue cortado. El idioma también requiere que ella diga en qué lugar del espacio tuvo lugar una acción. “¿Fue colocado en el suelo, sobre algo, fue colgado, fue puesto en lo alto?” explicó ella.
Y últimamente se ha vuelto mucho más difícil.
Una tarea grande y compleja
En el año 2014, Sandy, su colega misionera y su co-obrero tribal completaron la traducción del Nuevo Testamento. Ahora están trabajando en el Antiguo Testamento, el cual es aproximadamente cuatro veces más largo —y ese no es el único problema.
“A veces, especialmente en el Antiguo Testamento, no se puede saber exactamente cómo era algo”, informó ella. “Por eso se necesita mucha investigación”.
Una razón excelente
Sandy y sus compañeros de trabajo siguen adelante porque es vital que la iglesia tenga la Palabra de Dios. La gente “ama la Palabra y la quiere en su lengua”, comentó ella, y estuvieron encantados de recibir el Nuevo Testamento.
Ellos le han dicho que la lectura de la Palabra de Dios les ayuda a “andar rectamente con Dios, madurando y fortaleciéndose en su ‘hombre-alma’”.
Por favor, ora para que Sandy y sus compañeros de trabajo perseveren para crear una traducción del Antiguo Testamento exacta y legible para este grupo étnico.
* El nombre de la misionera ha sido cambiado, y el nombre y la ubicación del grupo étnico han sido omitidos a fin de salvaguardar el ministerio y las personas involucradas.
Deja un comentario