30 de agosto, 2017
Actualmente (verano y otoño de 2017) estamos tomando un año sabático en Estados Unidos. Agradecemos sus oraciones por nosotros mientras presentamos en las iglesias el trabajo de plantación de iglesias entre los landumas, y mientras buscamos tener comunión y alentar a nuestros familiares y amigos de las zonas donde “residimos”.
En la primavera pasada estuvimos estudiando Romanos 2 con los creyentes locales (landumas y también algunos de otros grupos étnicos) los domingos por la mañana. Algunos pasajes son fáciles de traducir y de explicar, mientras otros son, por supuesto, ¡bastante difíciles!
Un buen ejemplo de estos últimos es 2:15; aquí el apóstol Pablo escribe que los gentiles muestran “…la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos…”
Después de leer este pasaje, pasamos algún tiempo hablando acerca de la conciencia y sobre el hecho de que Dios quiere que los creyentes dejemos que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo moldeen nuestras conciencias. Dios quiere que luego obedezcamos nuestras conciencias moldeadas por Dios, es decir, la guía del Espíritu Santo, cuando tengamos que hacer frente a decisiones éticas.
¿Apariencia externa o convicción interna?
Pero en la cultura landuma la conciencia, o al menos nuestra concepción de lo que es la conciencia, a menudo parece estar ausente.
Los landumas, al igual que muchas otras personas de África, Asia, y otros lugares, tienden a actuar según su percepción de lo que los demás van a pensar, es decir, si sus acciones darán lugar a que sean honrados o avergonzados por quienes los rodean. Por lo tanto, tienden a centrarse en las apariencias externas y no en la convicción interior de lo que es bueno y lo que es malo.
Hemos visto que muchos landumas pueden hacer cosas malas y aparentemente no ser afectados en su conciencia, hasta que sus acciones son expuestas y son públicamente avergonzados.
Por supuesto, ese también puede ser el caso de personas de las llamadas culturas “occidentales”. Sin embargo, como muchos antropólogos culturales han señalado, el tema cultural predominante para la mayoría de los que hemos crecido en Occidente está más centrado en la culpa que en la vergüenza.
Una cuestión de inculturación
Esta diferencia de las culturas, por supuesto, no es genética, sino que resulta de la forma en que hemos recibido la inculturación o de la manera en que hemos sido programados por nuestras culturas para pensar y actuar.
Todas las culturas tienen elementos buenos y malos. Creemos que Dios quiere usar Su Palabra y el poder del Santo Espíritu para moldear la mente y el corazón de las personas con el fin de que los seres humanos de todos los orígenes culturales puedan aprender a vivir vidas gozosas y fructíferas en armonía con sus vecinos y en comunión con Él.
Sin embargo, la naturaleza pecaminosa de cada persona, y las influencias malignas presentes en todas las culturas, luchan contra los propósitos divinos, dando como resultado el orgullo egocéntrico, las discordias entre personas y la rebelión contra Dios.
Como se mencionó anteriormente, la única solución a esto es que las conciencias puedan ser influenciadas, moldeadas y formadas por la Palabra de Dios. Por lo tanto, un enfoque principal de nuestro ministerio con los landumas es traducir la Biblia a su idioma. La iglesia solo puede crecer y madurar donde la Palabra de Dios es claramente entendida por el pueblo de Dios.
El hígado como juez
La conciencia es un tema tan inusual en el contexto de los landumas que nunca habíamos oído hablar de él antes de comenzar a traducir la Biblia. Una investigación más profunda sobre la cultura y el idioma de esta etnia reveló que si la conciencia de una persona le está diciendo que lo que hizo o lo que piensa hacer está mal, eso es que su hígado le está “juzgando” (el uso figurado del “hígado” en las culturas africanas a menudo es similar al uso figurado que hacemos los occidentales del “corazón”).
Así que en términos landumas, cuando tu hígado te juzga, te sientes mal por lo que hiciste o lo que quieres hacer, aunque nadie más lo sepa, incluso si no hay vergüenza pública. En otras palabras, la conciencia te está molestando.
Con este nuevo entendimiento pudimos traducir y enseñar a los creyentes landumas lo que Pablo dice acerca de la conciencia.
OREN
- Por favor, OREN para que los creyentes a los que estamos impartiendo el discipulado aprendan bien las lecciones que estudiamos en Romanos.
- OREN para que no decidan qué deben hacer basados en si alguien los ve hacerlo, sino que más bien tengan en cuenta que Dios lo ve y lo sabe todo.
OREN para que actúen de acuerdo con sus conciencias guiadas por el Espíritu Santo y moldeadas por las Escrituras, las cuales les muestran lo que es correcto.
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