14 de febrero, 2017
He oído decir que el Desarrollo de Socios de Ministerio (DSM) tiene dos zanjas. Después de trabajar durante cinco años en nuestro propio DSM, y como facilitador e instructor de la capacitación para el DSM, veo que hay verdad en esa declaración.
La primera zanja es aquella donde el misionero ve la labor de buscar personas e iglesias que apoyen su ministerio como algo que tiene que hacer, tiene que soportar y tiene que experimentar para llegar a desempeñar su papel “real”. La segunda zanja es aquella donde el misionero decide que buscar un equipo que se una a él en lo que Dios está haciendo es una tarea digna de ser bien hecha, digna de causar alegría.
¿Cómo afecta nuestro papel estas dos zanjas? La primera parte de nuestra función es proveer capacitación para el candidato a misionero (o para el misionero veterano) que desafíe su corazón a ver el DSM desde la segunda zanja. También les ofrecemos enseñanza práctica (cómo hacer presentaciones, llamadas telefónicas, cómo mantener un registro [de contactos, números telefónicos, etc.]…) y herramientas (medios de comunicación, software para manejo de contactos…). La segunda parte de nuestro papel es mantenerlos animados mientras consiguen un equipo que se una a ellos en lo que Dios está haciendo –animándolos a estar en la segunda zanja. Como su instructor de DSM, supervisamos sus actividades encaminadas a este fin; sin embargo, creemos que nuestras conversaciones, aliento y pastoreo son más vitales para su marcha.
Honestamente, a veces, un misionero puede fluctuar entre las zanjas ya que la marcha en el DSM tiene muchas cumbres y valles –por eso oramos para que nuestra función les ayude a permanecer en la zanja dos. Por nuestra experiencia personal sabemos que algunos días esto es fácil, y en otros, no tan fácil.
Así que preguntamos —¿Te unirías hoy a nosotros en oración por los más de cuarenta misioneros que estamos acompañando en su marcha para levantar un equipo de apoyo? Ora para que decidan a diario estar en la segunda zanja. ¡Tus oraciones por ellos son necesarias y apreciadas! Ora por nosotros mientras los alentamos y los pastoreamos, que seamos buenos oyentes y que piadosamente infundamos ánimo.
Una fabulosa cita de Jenn York, miembro del ministerio Every Nation: “La tarea de desarrollar un grupo de socios de ministerio es definitivamente una de las cosas que más ejercita la fe de los misioneros, pero al final del día, también es una de las más gratificantes: ser enviado por los socios a alcanzar con el Evangelio un campus, una ciudad o un país extranjero. Juntos, los misioneros y los socios, causan un impacto”.
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