El fundador de NTM, Paul Fleming, en Malaysia.
14 de febrero, 2017
Dios y nada más
La Segunda Guerra Mundial todavía no había comenzado, pero su amenaza ya se estaba sintiendo. Y en las selvas de Malaysia se estaba librando un tipo diferente de guerra, y un joven y alto misionero se estaba convirtiendo rápidamente en una víctima.
Durante tres años, Paul Fleming había luchado contra una oleada de ataques de malaria. Su cuerpo otrora fuerte estaba debilitado por las fiebres, su fuerza desaparecía poco a poco, y parecía como si hubiera sido golpeado.
En medio de esto, Paul escribió: “Dios me mostró que Él no necesitaba mi espalda fuerte ni mi débil mente, sino que lo que necesitaba era un canal a través del cual pudiera obrar”.
Fue algo que cambió la vida de Paul.
Dios no necesitaba sus fortalezas; no necesitaba sus capacidades. Él solo quería que Paul estuviera dispuesto a ser usado de la manera que mejor se ajustara a Sus propósitos, para Su gloria.
“Dios y nada más” se convirtió en el lema de Paul.
(Los anteriores son extractos de un libro en el que estoy trabajando para la historia de los primeros días de NTM).
La fundación de NTM
Dios usó a Paul Fleming para Sus propósitos y para Su gloria.
En la primavera de 1942, cuando comenzó New Tribes Mission, Paul Fleming fue uno de sus fundadores.
Paul escribió: “Parecía que el Señor nos había empujado a algo, y estábamos seguros de que ningún hombre había empezado New Tribes Mission. El Señor la trajo a la existencia a pesar de nosotros. …Éramos un grupo de jóvenes que aparte de fe, no tenía nada más”.
Y ahora, setenta y cinco años después…
En este año, cuando celebramos los setenta y cinco años de NTM, consideramos un privilegio haber sido un conducto a través del cual Dios pudo trabajar. Nos regocijamos porque después de setenta y cinco años:
- NTM tiene más de 3.000 misioneros de cuarenta y cinco países trabajando en 259 grupos étnicos;
- se han plantado 1.200 iglesias, y 640 de ellas tienen ancianos;
- se han traducido 79 Nuevos Testamentos; y
- hay 110 traducciones en progreso.
¿Te regocijarías conmigo? Me estoy regocijando por lo que Dios ha hecho y está haciendo en las misiones alrededor del mundo, pero también porque tú eres una parte de todo esto a través de tu asociación en el ministerio.
Gracias por asociarte conmigo para que juntos podamos ver la materialización de la visión de Dios: una iglesia viva para cada pueblo.
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