8 de enero, 2017
A través de los años, Janie y yo hemos salido por fe, y solo por fe. Muchos de ustedes han orado por nosotros durante muchos momentos difíciles, y sin su fidelidad no hubiéramos podido hacer lo que hemos hecho. Una vez más nos han llamado pidiendo ayuda en Papúa Nueva Guinea, el campo misionero que Dios nos ha dado para trabajar durante los últimos cuarenta años.
Por motivo de enfermedad, uno de nuestros fieles obreros en Papúa Nueva Guinea ha tenido que regresar a su país para conseguir ayuda médica; esto deja una necesidad muy grande, y cuando todo esté dicho y hecho, se necesitarán muchas personas para llenar las vacantes. Janie y yo hemos sido invitados a ir a ayudar con la carga de trabajo. Varios misioneros nuevos estarán llegando al campo de misión y nosotros los vamos a ayudar a prepararse para entrar en los grupos lingüísticos a los que Dios los guíe.
Debo decir que el tiempo es corto, tenemos reservaciones para volar el 16 de este mes, y debo admitir que vamos con temor y temblor, pero vamos. Por favor, oren para que seamos lo que debemos ser, simplemente vasos abiertos, preparados para Su servicio. Oren por buena salud y mentes abiertas a todas las necesidades que estos nuevos misioneros afrontan ya que ellos también están saliendo en unos días bastante difíciles.
Esto no es fácil para nosotros siendo ya viejos, pero es un gran privilegio y sé que ustedes van a estar orando por nosotros mientras hacemos este viaje buscando a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe y el Señor de nuestras vidas. Jesús dijo id y Él irá con nosotros, ¿qué más podemos pedir? Oren para que mi mirada esté en Él, y solo en Él, hasta que se realice este trabajo.
Ahora elevamos nuestros corazones a Aquel que puede concertar todo, sabiendo que Él es capaz de hacer mucho más de lo que podemos soñar en estos viejos vasos de barro. Gracias por respaldarnos en oración y dar de muchas maneras durante estos muchos años. El lunes 16 de enero vamos a volar; vuelen con nosotros en sus oraciones.
Los llevo en mis oraciones, que Dios nuestro Padre los cuide y fortalezca. Mi esposa y yo los amamos. David y Zoila.
Muchas gracias, hermano David. Que nuestro buen Señor les bendiga y supla todas sus necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria.