Un hombre de la etnia prai que conocí en mi viaje a Tailandia en el año 2010.
UNA HISTORIA COMO LA TUYA Y COMO LA MÍA
11 de octubre, 2016
Es una historia que no muchos quieren oír.
Pero debe ser contada. Es una historia auténtica, una historia con la que la gente se identificará, y una historia que puede motivar a las personas a participar.
Y yo te invito a que te asocies conmigo para contarla.
Es una historia de años y años de trabajo concienzudo, angustioso y a menudo físicamente brutal; una historia de perseverancia, adversidad y sacrificio. Son las cosas que cuenta un novelista para preparar un gran premio.
Solo que no hay un gran premio. Únicamente más trabajo duro.
Porque es real.
Es como tu historia y como la mía. Años de servicio fiel que no han reportado grandes recompensas. Han traído nuevos desafíos, como si Dios estuviera diciendo: “¡Bien hecho! Ahora puedes encargarte de más”.
Es por eso que quiero contar esta historia. Por eso debo contar esta historia, y por eso creo que moverá a la gente a actuar. Y por eso espero que te asocies conmigo para hacerlo.
Las misiones tienen suficientes informes brillantes de grandes números y movimientos de masas; demasiados en mi opinión. Necesitamos escuchar las historias de hombres y mujeres reales, para quienes es normal trabajar, trabajar y trabajar, y nunca ver los resultados de este lado del cielo.
Y debemos recordar que no tenemos que parar allí; que no podemos. Que podemos hacer más que hallar consuelo en eso –podemos encontrar gozo y paz en el simple hecho de conocer a Dios y servirle a Él.
Es por eso que voy a ir a Tailandia en noviembre, y por eso estoy pidiendo tu colaboración.
En un país cuya población es cerca del 99% budista, poner un fundamento firme para el crecimiento cristiano y la evangelización “demanda mucho tiempo”, informó Larry Goring, líder del equipo de ministerios internacionales de NTM. Y el trabajo con la etnia prai “demuestra que eso es factible”, añadió Larry.
Sí, aunque ahora soy estratega, todavía estoy escribiendo y editando, y haciendo algo de fotografía. Y mientras esté en Tailandia también asistiré a una reunión de más de 160 líderes de NTM de todo el mundo, la cual me ayudará a asegurar que nuestros esfuerzos encajan en nuestra estrategia internacional.
Pulsa aquí para ver fotos de la etnia prai de mi viaje en el año 2010.
DESPUÉS DE ESTAS ELECCIONES, ME VOY
8 de noviembre, 2016
El miércoles voy a viajar a Tailandia para participar en unas reuniones y para reunir fotos e historias del obrar de Dios.
Y sí, independientemente del resultado de las elecciones de hoy, voy a regresar justo después del Día de Acción de Gracias.
Durante los primeros días estaré en Chiang Mai, tomando fotos en un ambiente urbano a fin de darles un posible uso para explicar la creciente naturaleza urbana de nuestro trabajo. Cada vez más personas de grupos étnicos no alcanzados están viviendo en ciudades y pueblos. La mayoría de los ministerios urbanos no están preparados para alcanzar a los distintos grupos étnicos, y nosotros hemos estado enfocados en las etnias remotas, por lo que estas personas generalmente han sido descuidadas.
Luego participaré en una semana de reuniones de carácter internacional. Esta es una oportunidad para que los líderes de NTM de todo el mundo se reúnan y discutan los desafíos que estamos afrontando, y cómo podemos abordarlos como un solo equipo. A la complejidad de lo anterior se suma la cantidad de países –y culturas– de los que proviene nuestro equipo. Es vital compartir la misma visión para glorificar a Dios. También espero entrevistar a algunas de esas personas.
Después de eso, iré a un lugar donde han sido plantadas varias iglesias en uno de los grupos étnicos de Tailandia. Ha sido un trabajo largo y lento, pero está marchando bien, esto se debe, al menos en parte, a la asociación de los misioneros con los creyentes del pueblo –una asociación que ve cambiar los roles de los misioneros a medida que la gente asume el liderazgo. Estoy planeando volver a casa con al menos una historia y muchas fotos.
Ora para que yo pueda llevar a casa historias y fotos poderosas.
Ora para que yo sea un motivo de aliento y bendición para aquellas personas que se crucen en mi camino. Especialmente durante las más de veinticuatro horas que se demora uno para ir a Tailandia y regresar, lo cual puede ponerme malhumorado.
Ora por nuestras finanzas; a pesar de que NTM paga la mayor parte de los gastos –viajes, alimentación, alojamiento– aun así tengo responsabilidades, y he gastado unos $800 dólares en este viaje. Eso es más de un tercio de lo que Julie y yo tenemos para vivir cada mes, y no han ingresado fondos adicionales para este viaje.
Ora específicamente por mi viaje de regreso a casa. La aerolínea ha cambiado en cinco oportunidades los arreglos que hice para mi regreso, y ahora me tiene programado para volar a Estados Unidos en la tarde del domingo, después del Día de Acción de Gracias –un tiempo notoriamente ajetreado para viajar. En este momento lo único que quiero es llegar a casa –de igual modo que millones de otros viajeros.
TERMINANDO EN TAILANDIA
22 de noviembre, 2016
Cuando recibas este informe, habré terminado las últimas entrevistas y habré aprovechado las últimas oportunidades de tomar fotos antes de regresar a la gran ciudad.
El sábado hicimos un viaje en autobús de ocho horas desde el norte de Chiang Mai hasta la frontera de Tailandia con el fin de pasar un tiempo con el equipo misionero que trabaja en la etnia prai. El domingo por la mañana asistimos a un servicio de la iglesia en un caserío, y por la noche, acompañamos un esfuerzo de evangelización en un pueblo de las montañas sobre la frontera.
Lo más destacado del lunes por la mañana fue la entrevista a las tres jóvenes prais que están alfabetizando. Fue lo más destacado debido a su visión en cuanto a la importancia de que las personas puedan leer la Palabra de Dios por sí mismas, y la carga que sienten por las muchas personas de su propio pueblo que todavía no han sido alcanzadas. Enseñarles a leer y escribir en su propio idioma es una gran manera de involucrarlos en las lecciones bíblicas.
Una de ellas, Nit, estuvo horriblemente mareada en la sinuosa carretera que conducía al caserío a donde iba a enseñar –un viaje que tendría que hacer repetidamente. “Yo dije: ‘Señor, ¿tiene que ser así?’”, comentó ella, “pero pensé, Dios me traído aquí para esto. Voy a perseverar”.
“Interiormente me siento constreñida”, dijo su compañera de trabajo, Nut, “a subir allí y enseñar a la gente a leer”, porque la alfabetización ayudará grandemente a la iglesia a evangelizar a aquellos que no han oído el mensaje.
¿Orarás por Nit, Nut y Nim mientras ellas perseveran en la labor de alfabetizar a los caseríos de los prais? Ora para que muchos aprendan a leer y escribir bien el idioma prai, y esto atraerá a muchos a las lecciones bíblicas.
Ora también por mí y mis compañeros de trabajo aquí, Jerry y April, mientras volvemos a casa, las primeras ocho horas en un autobús y luego aproximadamente 26 horas en avión.
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